Desde Taller Ecologista, como integrantes de la Red Global IPEN, junto a organizaciones de más de 100 países, celebramos este acontecimiento, que es nada menos que un histórico tratado multilateral de salud y medio ambiente.

El Convenio de Minamata surge de la labor de cientos de ONGs de todo el mundo, que alertaron sobre los efectos adversos del mercurio a gran escala. Esta misma comunidad civil organizada, está resuelta a velar para que el tratado sea efectivo.

Al mismo tiempo, las organizaciones nucleadas en IPEN convocaron a los gobiernos partes del tratado (Argentina entre ellos), a dar los pasos necesarios para garantizar que no se repita la intoxicación masiva de personas con mercurio, ocurrida en Minamata, Japón: “no más Minamatas".

Este histórico Convenio debe su nombre a un desastre acontecido en Minamata, Japón, cuando después de varios años que la industria vertiera mercurio a la bahía de Minamata, esto significó la muerte y enfermedad de miles de personas y peces (parte de ellos fueron el alimento de esas personas).

El Convenio de Minamata es el primer acuerdo multilateral jurídicamente vinculante para reducir la contaminación por mercurio, y este miércoles 16 de agosto se sumó al marco jurídico internacional.

El tratado, es el comienzo del final del mercurio en la economía global. Pero para actualizar el objetivo del tratado -proteger la salud de las generaciones actuales y futuras, las cadenas alimenticias y el medio ambiente de la contaminación por mercurio- se requiere una acción global coordinada más fuerte. La eliminación del uso de mercurio y las emisiones en sus fuentes primarias, como la minería de extracción de oro a pequeña escala; las centrales eléctricas a base de carbón y hornos de cemento, así como la interrupción del comercio mundial de mercurio, son fundamentales. Identificar y remediar los sitios contaminados también son esenciales para proteger la salud humana de este metal altamente tóxico.

El Convenio de Minamata, el primer tratado químico jurídicamente vinculante logrado en una década, reconoce que el mercurio es una amenaza global para la salud humana, los medios de subsistencia de mucha población y el medio ambiente.
Actualmente 74 países han ratificado el tratado,  entre ellos Argentina, superando el límite de 50 países que permite que el tratado entre en vigor.

El uso de mercurio en la minería de extracción de oro y las centrales eléctricas a base de carbón, son las principales causas de emisiones de mercurio en el planeta. La minería de oro en pequeña escala es un proceso extremadamente peligroso que enferma a los mineros, sus familias y sus comunidades.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), aproximadamente 15 millones de personas en más de 70 países se dedican a actividades de minería para extracción de oro artesanal a pequeña escala para su subsistencia, práctica en la que utilizan principalmente el mercurio. Aunque disminuye, el mercurio procedente de fuentes ilícitas sigue siendo utilizado en sitios ilegales de extracción de oro a pequeña escala.

Para proteger a los habitantes de los efectos adversos para la salud, los países deben mejorar su monitoreo del mercurio, las medidas de salud y advertir sobre los alimentos contaminados, así como aumentar la capacidad de los profesionales de la salud para entender y abordar los problemas relacionados con el envenenamiento por mercurio.

"Nuestra comunidad de ONGs de todo el mundo, en pro de la salud ambiental, la justicia y los derechos humanos, seguirá exigiéndole a los gobiernos del mundo su responsabilidad ante el Convenio y que trabajen para mantener el espíritu y la intención del tratado; para que alienten a más países a ratificarlo y a abogar para que los gobiernos tomen las medidas necesarias para que este importante acuerdo proteja con éxito a miles de millones de seres humanos que están bajo amenaza del mercurio ", manifestó Pamela Miller, copresidenta de IPEN.

Mercurio: Consecuencias en la salud y el ambiente

La exposición al mercurio daña el sistema nervioso, los riñones y el sistema cardiovascular. En el caso de órganos en proceso de desarrollo, como el sistema nervioso de un bebe en formación intrauterina, son los más sensibles a los efectos tóxicos del mercurio, aunque casi todos los órganos son vulnerables.

La principal fuente de ingesta humana de mercurio proviene de pescado contaminado y por contacto directo, exposición a los vapores de mercurio, a través de prácticas de minería para extracción de oro a pequeña escala.

Las centrales eléctricas a base de carbón, son la segunda fuente más importante de contaminación por mercurio, así como también son el principal contribuyente de emisiones con efecto sobre el cambio climático. Estas liberan mercurio atmosférico que termina en los océanos del mundo y ahí entra a la cadena alimenticia, acumulándose en fauna marina, mucha de ella peces de alto consumo humano, lo que afecta a la salud de millones de personas.

" IPEN es una red de organizaciones no gubernamentales que trabajan en más de 100 países para reducir y eliminar el daño a la salud humana y al medio ambiente causada por productos químicos tóxicos.

Contacto Argentina:
Cecilia Bianco, coordinadora del Área Toxicos de Taller Ecologista: 341 662-6962