La tragedia de Curuguaty, que derramó la sangre de 17 compatriotas sobre tierras de reforma agraria solicitadas por campesinos y que habían sido mal adjudicadas a un empresario y político durante la dictadura stronista, fue utilizada como excusa para este montaje político. Esta matanza, cuyo proceso de investigación para hallar los culpables fue truncado en una de las primeras acciones de este gobierno de facto, revela el gran problema de la concentración de la tierra en el Paraguay. La inequitativa distribución de la tierra es posiblemente el principal y más crítico problema social que vive el Paraguay, pues menos del 3 % de la población es propietaria del 85 % de las tierras.
La tierra, su acceso y su posesión, es un tema altamente sensible en el Paraguay, debido al amenazante avance del modelo que plantea un campo sin campesinos, exclusivo para el agronegocio. De hecho, este gobierno de facto anunció su intención de priorizar el modelo de desarrollo extractivista y explotador, allanando el camino de ingreso y el fortalecimiento de las corporaciones agroalimentarias. Inclusive manifestó la propuesta de extender este modelo al Chaco paraguayo, lo que supondría su destrucción total debido a la fragilidad de los ecosistemas del Chaco. Alertamos que estas propuestas ahondarán el conflicto de la tierra, perjudicando aún más a las comunidades campesinas e indígenas.
La crítica situación en la que hoy vive el Paraguay tomó estado público internacional, observándose el apoyo al pueblo paraguayo que los principales organismos de integración regional y sus miembros han manifestado. Como paraguayos, agradecemos profundamente la inmensa solidaridad internacional que hemos recibido y hacemos destaque a la acción impulsada por compañeras y compañeros de todo el planeta, reunidos en la Cumbre de los Pueblos, en el marco de la Cumbre de Río +20, quienes marcharon bajo la consigna "Todos Somos Paraguay".
Lamentamos que esta situación provocada afecte las relaciones con nuestros países vecinos, pero también vemos las acciones de los gobiernos de países hermanos como una resistencia por parte de los mandatarios, que apuestan a restablecer el proceso democrático en el Paraguay. Instamos a que se sigan enviando comunicados de apoyo, pues los mismos son base fundamental para fortalecer la resistencia de la sociedad paraguaya, que en estos momentos se encuentra en movilización permanente de cara a la restitución del orden democrático.
Finalmente, expresamos nuestra exigencia de restitución inmediata del proceso democrático por el bien de los y las paraguayas, quienes nos sentimos afectados por este atropello parlamentario contra la voluntad popular.
