El ambiente y la salud no son prioridad en política pública

El objetivo de Chevron e YPF es la extracción de hidrocarburos de formaciones shale o esquisto -yacimientos no convencionales. Estas formaciones, al tener muy baja o nula permeabilidad, deben ser intervenidas -generarle grietas- para extraer los fósiles, esto se realiza mediante la inyección de millones de litros de agua a alta presión, mezclados con arena y químicos (en gran medida tóxicos); técnica conocida como fractura hidráulica o fracking. Inmensos esfuerzos para profundizar el proceso de calentamiento global.

La acumulación de daños ambientales y sanitarios (tanto en animales como humanos) registrados en EE.UU., derivados de la aplicación de esta técnica, ha generado movimientos de resistencia a nivel global. En EE.UU. se registran numerosos casos de contaminación de aguas subterráneas,  aumento de la actividad sísmica, impactos sobre la producción agropecuaria e incremento de afecciones respiratorias, epidérmicas, psíquicas y otras más graves aún, ocasionadas por la ingesta de metales pesados. La agencia norteamericana de Protección  Ambiental (EPA) ha confirmado la contaminación de acuíferos debido al fracking e incluso en declaraciones públicas funcionarios afirman que queda mucho por hacer para que esta técnica sea inocua. En definitiva, es un procedimiento experimental sin garantías ni certezas.  

Estas situaciones han llevado a las autoridades del Estado de Vermont a prohibir el empleo de esta técnica, mientras que los Estados de Nueva Jersey y Nueva York declararon moratorias suspendiéndola. También en Europa el fracking es fuertemente cuestionado, en Francia y Bulgaria dictaron la prohibición, mientras que se dictaron moratorias en Inglaterra y otros países.

Por otra parte, la socia elegida por YPF no cuenta con las mejores cartas de presentación. Texaco (compañía contralada por Chevron) afrontó un proceso judicial en Ecuador por el cual se determinó su responsabilidad en daños socio-ambientales, registrados en la región Amazónica, y se la condenó al pago de US$ 9.500 millones en concepto de reparación y mitigación de impactos. En noviembre, la Justicia argentina hizo lugar a un embargo sobre los activos de Chevron en el país a fin de dar cumplimiento a esa sentencia que la empresa norteamericana se niega a acatar.

Asimismo, el pretendido proyecto piloto a realizarse por YPF y Chevron en Neuquén se asentará sobre territorio mapuche, el cual ya sufre la contaminación de más de tres décadas de extracción. En los años ’90, a través de diferentes estudios, se confirmaron los graves impactos en aire, agua y tierra; además de documentarse casos de cáncer, malformaciones y abortos espontáneos, entre otras patologías; y la flagrante violación de derechos colectivos de este Pueblo.

Avanzada extractivista y pérdida de soberanía

Lejos de ser la herramienta de reconversión energética que se ansía y espera en estos nuevos tiempos, la empresa mixta YPF actúa como punta de lanza del conjunto del sector para la explotación masiva de no convencionales. Como lo explicita en su plan quinquenal, el objetivo de la conducción es no sólo apuntar al autoabastecimiento sino convertir al país en exportador neto de energía. A fin de cumplir esto, los primeros pasos han sido anunciados por la presidenta Cristina Fernández en la cena anual de la Unión Industrial Argentina (UIA): aumento en más de un 300% el precio del gas en boca de pozo.

Las provincias también avanzan en las reformas de los marcos jurídicos. En Chubut, el próximo 27 de diciembre, se trataría el nuevo marco regulatorio de la actividad hidrocarburífera; tanto en la fundamentación como en el articulado, todas las expectativas están puestas en la explotación de yacimientos no convencionales. Por su parte, el gobierno de la Provincia del Neuquén ha sido el principal lobista para generar las condiciones económicas y jurídicas óptimas para el desarrollo de estos yacimientos. A tal punto llega esta convicción que la gestión de Jorge Sapag autorizó recientemente a la empresa francesa Total a perforar un pozo para la explotación de no convencionales en el área natural protegida Auca Mahuida, en el norte de la provincia.

Mientras no se detallan los impactos producidos durante años por Repsol, de acuerdo a lo expresado por el gobierno en el marco de la recuperación del control de YPF, se acepta como socia a una empresa claramente destructora de territorios y condenada por ello. Entonces, ¿a quién se beneficia con la explotación de no convencionales? Con un precio en boca de pozo mayor, ¿qué nuevas sorpresas veraniegas nos esperan? ¿Este acuerdo marca las reglas del juego para el resto de las empresas interesadas en los no convencionales? Si bien no se conocen los detalles del acuerdo firmado con Chevron, tenemos la certeza de que estas empresas avanzan cuando las condiciones son óptimas a sus intereses. A espaldas del pueblo, la empresa mixta YPF consolida el nuevo esquema de negocios para pocos y a costa de todos.

El objetivo debiera ser el autoabastecimiento energético y no necesariamente el abastecimiento hidrocarburífero. En este marco es necesaria una rediscusión de las políticas energéticas de manera de poder asignar correctamente los inmensos recursos económicos que se ponen en juego en esta alternativa depredadora. El petróleo no es el futuro.