A finales del año 2009 se anunció la instalación en la localidad de Senillosa de un incinerador para residuos provenientes de la industria petrolera por parte de la empresa Trans-Ecológica SRL. A partir de entonces numerosos vecinos de la localidad se comenzaron a movilizar preocupados por el impacto ambiental y sanitario de este tipo de instalaciones.

Miembros de  la Coalición Ciudadana Anti-incineración manifestaron que los incineradores son una pésima manera de gestionar y eliminar  residuos. “En el imaginario de las personas  los residuos “desaparecen” pero lo que ocurre es que sufren una transformación y se transfieren a otros medios, principalmente al aire, donde van las dioxinas y furanos además de metales como el mercurio, y a las cenizas que finalmente se entierran ”, expresaron. “No existe en la actualidad ningún sistema de incineración que no emita contaminantes al aire y a los suelos ”.

Javier Souza Casadinho y Graciela Demasi de Gastaminza, integrantes de la Coalición, explicaron en la reunión mantenida en Senillosa que los incineradores emiten un espectro muy amplio de contaminantes, muchos de ellos no identificados, y que las plantas de incineración sólo miden parcialmente algunas de esas emisiones. En particular señalaron que dos de los contaminantes clave de los incineradores, dioxinas y furanos, usualmente no se miden en nuestro país. “La deficiencia en los controles de aquello que se quema y del funcionamiento de las plantas que normalmente vemos en Argentina, hace de los incineradores realmente una muy mala idea”, concluyeron.

Asimismo comentaron que existen estudios realizados en varios países del mundo donde se  asocia la ubicación de los incineradores con la aparición de diversas enfermedades como algunos tipos de cáncer y malformaciones, tanto en la población circundante como en los trabajadores de la empresa. Señalaron finalmente la injusticia de que una pequeña localidad cargue con el impacto ambiental y sanitario de tratar los residuos de una amplia región y de una industria sumamente cuestionada como es la industria petrolera.

Una poblacion “sacrificio”?

“Este modelo de crecimiento exige cada dia más y más. Más materiales, más insumos, más energía” señala Silvana Buján, de la Coalición. “Las grandes empresas explotadoras de estos bienes necesitan sitios para disponer sus residuos. Usualmente lo hacen en tierra, dejando pasivos ambientales que son noticia en los medios cuando se visibilizan por sus efectos locales. Pero poco se habla acerca de los pasivos ambientales dispuestos en la atmósfera.  Pareciese que se invisibiliza el tema cuando de chimeneas se trata. ¿El residuo “desaparece”? De ningún modo: se traslada de matriz: de la tierra al aire. Se socializa el pasivo ambiental de las empresas, victimizando a regiones enteras.
Senillosa ha sido elegida como sitio de sacrificio. ¿Debemos aceptar éso? “, concluyó S.Buján.

Más información