Colombia es uno de los países más biodiversos del mundo. Es la primera COP de este tipo que se realiza en un país latinoamericano, representa el espacio de discusión y negociación más importante del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas.
El evento internacional tuvo lugar del 21 de octubre y hasta el 1º de noviembre en la ciudad de Cali, Colombia. La COP de Biodiversidad se realiza cada dos años Participaron delegaciones de 196 países del mundo y referentes de organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo.
La presencia y participación de las organizaciones resulta indispensable para dar dimensión de la heterogeneidad y multiplicidad de las realidades territoriales, directamente afectadas por el actual modelo productivo. Desde Taller Ecologista participamos a través de Sofía Naranjo, gracias a la invitación de la ONG observadora, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Desde hace más de una década FARN participa de estos procesos, teniendo amplia experiencia en estos tratados multilaterales, y siendo referencia a nivel nacional y regional para estos temas.
Buscando que más organizaciones se incorporen en los espacios de participación y elaboración de los Planes Nacionales de Biodiversidad, que cada Estado Parte debe elaborar para reportar en las COPs, FARN llevó adelante un proceso de formación y acompañamiento a referentes y organizaciones invitándolos a participar de esta COP. En este marco estuvimos Taller Ecologista, Inalafquen (Rio Negro), Plurales (Córdoba), un referente indigena de la comunidad Salina Grandes de Salta, defensoras ambientales de Ecuador, Colombia y Perú. Con todos ellxs compartimos esta gran experiencia en Cali.
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A través de esta ronda de negociaciones se buscó llegar a un acuerdo que permitiera tomar medidas determinantes a nivel global para la protección de la diversidad biológica. Las expectativas centrales giraron en torno a los mecanismos financieros y a su implementación, lamentablemente, en ninguno de estos puntos hubo demasiados avances.
En cuanto a los mecanismos financieros, se denuncia que los fondos que se invierten actualmente para Biodiversidad están muy por debajo de los que se necesita para alcanzar los objetivos de la Convención. Los cálculos estimados son de 900.000 millones de dólares y actualmente un puñado de países dispone de 200.000 millones de dólares al año para conservación, protección y restauración de la biodiversidad.
El riesgo que se corre por esta falta de financiamiento es que deje el paso más libre a las “soluciones” propuestas desde el sector privado: mecanismos de compensación y mercados de carbono, una problemática que ya comenzamos a evidenciar a escala local en nuestro territorio.
Lo cuestionable de estas “soluciones” es que, por un lado pretenden poner precio a las funciones de un ecosistema, favoreciendo los procesos de la mercantilización de la naturaleza, y por el otro, no apuntalan las causas generadoras de la crisis de biodiversidad. En definitiva, se corre el riesgo de que con estos mecanismos orientados al mercado, se profundice la pérdida de biodiversidad.
Sobre el Convenio por la Diversidad Biológica
El Convenio por la Diversidad Biológica (CDB) es un tratado internacional que tiene como objetivo principal el resguardo y el fomento de la biodiversidad global frente al contexto de degradación y crisis que atraviesa la biodiversidad en los últimos siglos, acrecentado en las últimas décadas.
El Convenio de Diversidad Biológica surge de la declaración de Río en 1992, junto con la de Cambio Climático y la de Desertificación. Actualmente son 196 países que integran la lista de Estados parte.
Para el funcionamiento, la CBD cuenta con dos órganos subsidiarios. El órgano regulador máximo es la COP, la conferencia de las partes, integrada por miembros de los estados parte, los estados no parte y los observadores. Estos últimos lo integran los grupos constituyentes, que son las ONGs y asociaciones de la sociedad civil, grupos de mujeres, jóvenes, pueblos originarios, comunidades tradicionales, así como el sector privado.
> Compartimos la nota de análisis de FARN: Luces y sombras de ña COP 16 de biodiversidad