Taller Ecologista lleva 31 años de trabajo socioambiental en Rosario y alrededores, en el cordón industrial las luchas de los vecinos de las diferentes ciudades están atravesadas por denominadores comunes: la falta de controles sobre la calidad de aire, la falta de acceso a la información sobre el modus operandi de las empresas instaladas en la zona, la sanción express de ordenanzas que favorecen a las empresas por encima del resguardo de la salud de la población, entre otros.

En este contexto de desidia e irresponsabilidad oficial en torno a una de sus obligaciones fundamentales como es velar por el resguardo de la salud de la población, se presenta una nueva situación de riesgo químico que pone en peligro la salud de los vecinos de Capitán Bermúdez y la zona.

La noche del 6 de noviembre, trabajadores de un sector de producción de Celulosa Argentina, debieron ser evacuados de su lugar de trabajo porque tenían dificultades para respirar. El aire se había tornado ácido, les ardían los ojos, la garganta. Los sensores exteriores que dicha empresa tiene para medir la concentración de cloro en el aire, confirmaron su presencia por encima de 2,5 partes por millón (ppm). Siendo el límite de exposición profesional 0,1 ppm. Todo apunta a que la fuente de esa emisión estaba en la empresa lindera “Petroquímica Bermúdez S. A.”.

Petroquímica está ubicada en la zona sur de Bermúdez, al límite con Granadero Baigorria y a orillas del Río Paraná, detrás de la plantación de eucaliptus, típica postal del ingreso a Bermúdez desde el sur. En el predio de Petroquímica, propiedad de Sergio Taselli, no hay actividades productivas desde el 2013, momento en el que se producía cloro elemental e hipoclorito de sodio.

Durante años fue difícil para los trabajadores mantener la regularidad en la producción, por la poca o casi nula inversión en mantenimiento de la infraestructura de esta empresa química. Después de cerrada la empresa, el deterioro de la planta ha aumentado significativamente, más allá de las naves con vidrios rotos, cañerías corroídas, paredes descascaradas, el riesgo deviene de los químicos que habría en los tanques, tubos y cañerías.

Al respecto, Taller Ecologista solicitó información sobre la situación de la planta en abril de 2015, a la ex Secretaría de Ambiente (hoy Ministerio de Ambiente), pedido que reiteró en septiembre del mismo año, y que volvió a presentar en julio de 2016, obteniendo la indiferencia como respuesta.

“Nos preocupa la desidia, la falta de responsabilidad estatal para efectuar los controles. Hay tubos y tanques que están cargados. Sin certezas de su contenido, algunos tienen etiquetas que dicen cloro o la numeración que identifica al mismo. Otras dicen benceno. También hay amianto, almacenado en deplorables condiciones. La población no sabe al riesgo al que está expuesta, y no se conocen programas de evacuación ante hechos como estos”, alertaron desde Taller Ecologista.

En una inspección realizada en 2015 a Petroquímica Capitán Bermúdez S.A. por funcionarios de la secretaría de Ambiente de la Provincia de Santa Fe y del municipio de C. Bermúdez, Defensa Civil provincial y Bomberos, tomaron conocimiento que hay tubos y tanques que están cargados, de ahí el llamado de atención que se viene realizando por parte de la ONG.

“No obstante el terrible panorama de este pasivo ambiental peligroso y cancerígeno, nada movilizó a las autoridades a pedir con urgencia su pronto desmantelamiento, remediación del sitio y tutelar que se llevara adelante con las mejores técnicas disponibles. Se está incumpliendo la ley provincial del ambiente Nº 11.717 , su decreto reglamentario de residuos peligrosos Nº 1.884 y la ley general del ambiente N° 25675”, agregaron.

Gas cloro y tiempo de descuento

“Una nube de gas cloro avanzando sobre barrios, fábricas, escuelas podría generar un desastre ambiental y de muerte, por eso decimos que esto es una bomba de tiempo y el Estado debe tomarlo de manera urgente y con toda responsabilidad. Un hecho similar ocurrió ocurrió en Bahía Blanca, pero el viento hacia el mar evitó el desastre sobre la comunidad. Los escapes registrados están dando cuenta de que el cloro, alojado en cualquiera de los lugares descriptos, se está liberando”, sostuvo Cecilia Bianco, coordinadora del área Tóxicos de Taller Ecologista.

El cloro es un elemento químico (Cl), que en condiciones normales y en estado puro forma dióxido de cloro (Cl2): un gas tóxico amarillo-verdoso, es unas 2,5 veces más pesado que el aire, de olor desagradable y tóxico. Es lacrimógeno, corrosivo para los ojos, la piel y el tracto respiratorio.

La inhalación puede originar reacciones asmáticas, neumonitis y edema pulmonar, pero sólo tras producirse los efectos corrosivos iniciales en los ojos o las vías respiratorias. La exposición puede producir la muerte. El gas cloro se empleó en la Primera Guerra Mundial, siendo el primer caso de uso de armas químicas como el fosgeno y el gas mostaza. El cloro se almacena en tanques en estado líquido.