A 13 años de la aprobación de la ordenanza Basura Cero, hoy se entierran en Ricardone más residuos que por entonces. El momento actual es clave para definir un nuevo rumbo. Sin embargo el tema sigue ausente del debate político y hace más de tres años que la Municipalidad no impulsa avances relevantes en materia de separación en origen. “Necesitamos cambiar el modelo actual que es higienista, centralizado y excluyente. Es imprescindible priorizar estrategias puerta a puerta, planificar la ciudad de otro modo, articular con el sector de los cartoneros y descentralizar”, señalaron desde Taller Ecologista.
La ordenanza que pobremente celebra sus 13 años de vigencia, establecía disminuir gradualmente el envío de basura a rellenos sanitarios, de modo de llegar al año 2020 sin enterrar residuos reciclables o compostables, que conforman cerca del 80% de los residuos que producimos. Hoy sin embargo se disponen casi 300.000 toneladas de residuos al año frente a las 230.000 en 2008.
“Llama la atención que, salvo alguna excepción, el tema esté tan ausente del debate político, hace años que venimos planteando la necesidad de un cambio de rumbo. Es un momento más que oportuno para dar esta discusión dado el vencimiento próximo de los contratos de recolección y disposición final y el haber llegado a la meta final de la ordenanza con un incumplimiento flagrante”, señalaron desde el área Basura Cero de Taller Ecologista.
“Sigue habiendo poca escucha a los planteos y propuestas que hacemos las organizaciones. Necesitamos cambiar el modelo actual que es higienista, centralizado y excluyente. Es indispensable priorizar estrategias puerta a puerta, planificar la ciudad de otro modo, articular con el sector de los cartoneros y descentralizar”, señalaron.
Buscando mejorar el panorama y hacer aportes concretos a la delicada situación, a fines de 2020, un conjunto de organizaciones de la ciudad presentó un documento titulado “Basura Cero 2020: propuestas de la sociedad civil”, en el cual detallaban diez propuestas para un cambio de rumbo en la gestión de residuos. Los temas centrales eran cómo mejorar la separación en origen y la recolección diferenciada, establecer estrategias de articulación con los cartoneros, descentralizar la gestión, reducir la generación de residuos apuntando a los plásticos descartables, entre otros aspectos.
Además, en el mes de octubre de este año, ingresaron otros dos proyectos en el Concejo de Rosario. El primero, referido a la ordenanza de Basura Cero, buscando relanzarla, definiendo nuevas metas e incorporando modificaciones para materializar algunas de las propuestas mencionadas. El segundo, referido a la creación de un Servicio Público de Recuperación de Residuos Reciclables, el cual hace foco en la generación de estrategias para avanzar en esquemas de cogestión con el sector de los cartoneros, potenciando a la vez la recolección diferenciada y la planificación. En este caso fue reingresado el proyecto, presentado por primera vez en 2017.
“El modelo actual está agotado y una prueba clara es que hace más de tres años que no hay innovación o avance interesante en materia de separación en origen impulsado por la Municipalidad. La última iniciativa importante del Ejecutivo fue el proyecto de separación puerta a puerta en los denominados Barrios Verdes en 2017 y 2018. Se dijo que se iba a extender hasta un 40% de la ciudad pero nunca sucedió, abarcando apenas un 2-3% de los hogares. Luego de eso la única novedad interesante es el desarrollo de la prueba piloto de recolección diferenciada con inclusión de cartoneros/as, impulsada por las organizaciones de la ciudad y que necesita un apoyo más decidido del ejecutivo”, analizaron desde Taller Ecologista, sin tener motivos para celebrar los 13 años de la ordenanza vigente.