(…) No creo que hace 30 años haya sido muy evidente por dónde transitar, ni exactamente hacia dónde. Yo no llegué en el ´85 sino 5 años después, en medio de la primera mudanza a una casa antigua de calle Zeballos al 2000, en la que comencé tímidamente a organizar algunos archivos de material periodístico y algo que llamábamos “biblioteca de emergencia”. Un conjunto de textos seleccionados para introducir a quienes se acercaran al Taller a algunas ideas fundantes del movimiento ecologista: Primavera silenciosa (Raquel Carson – 1962), Lo pequeño es hermoso (Schumacher – 1973) La economía descalza (Max Neef – 1982). Tres manifiestos pioneros en la crítica a un modelo de desarrollo de lógica economicista, excluyente de toda otra racionalidad.

El Taller nace en el ´85 como “Grupo de Estudios y Educación Ecologista”, con la intención de conocer y dar a conocer un corpus de ideas emanadas del movimiento antinuclear, frente a una crisis anunciada que hablaba de degradación ambiental e inequidad social. Un año después, en abril del ´86, estalló un reactor en la central de Chernobyl, accidente nuclear considerado como el más grave de la historia. Sin embargo, ese mismo año aparece en la agenda gubernamental el proyecto de creación de una central nuclear en la vecina localidad de Timbúes.

Ya estaban en funcionamiento Atucha I y la de Embalse Río III, y había comenzado la construcción de Atucha II. Entonces, aquel primer grupo del Taller tuvo que salir a la calle para evitar que la central se construyera y, en este pasaje a la acción, que seguramente fue vivido como un imperativo, pasó de ser Taller de Estudios y Educación Ecologista a ser Taller Ecologista a secas, nombre que hasta hoy nos identifica.

Desde entonces, el Taller ha intentado producir tiempos, espacios, vínculos para que el derrotero por un escenario local y global de mucha incertidumbre y creciente complejidad, sea un itinerario continuo hacia objetivos de sustentabilidad: social, económica, ecológica, política.
Ordenando algún material con Mirko y Ruth en estos días, para la construcción de una línea histórica, encontramos una nota publicada de Daniel Raposo, uno de los fundadores, sobre Cambio Climático. Había que hablar de Cambio Climático a fin de los '80…

El área Energía fue la 1ª en delinearse al interior del Taller. Se logró que Rosario fuera declarada zona no nuclear en 1989 y, desde entonces, ha desplegado un trabajo incesante en la elaboración de propuestas hacia la transformación de la matriz energética.

Una campaña -que algunos de ustedes recordarán y que tuvo una gran repercusión- fue “Poné las pilas en el Taller Ecologista”, puesta en marcha en 1992. Después vino el Plan de 10 puntos para un municipio sustentable, la campaña de objeción de conciencia contra el servicio militar obligatorio, las campañas en contra de la represa del Paraná Medio y de Yacyretá.

En el ´95 se crea la Coalición Ciudadana Anti – Incineración y, a partir de allí, se multiplican las acciones que apuntan a la reducción en la generación de residuos, llegando en el 2008 la aprobación de la ordenanza Basura Cero.

Numerosas acciones en defensa de los humedales de la región, la aprobación de la ordenanza solar para nuestra ciudad, el trabajo con vecinos afectados por industrias contaminantes, la investigación sobre plomo en pinturas… Y llegando a la víspera de los 30 años, la creación del área de Soberanía Alimentaria y el lanzamiento del portal EcoAlimentate, que crea un puente entre productores orgánicos y consumidores.

Gudynas afirma que hay que crear las bases sociales para el cambio cultural, que hará posible entonces el cambio político. Y en esto consiste la tarea educadora de todas las áreas del Taller: en apostar a esa construcción social de la mejor textura, que es la que se teje EN, POR, PARA y CON la comunidad. La comunidad es un acontecimiento resultante de una construcción interinstitucional, pero también y fundamentalmente, intersubjetiva.

Los geógrafos hablan de territorios reales (los que pueden ser descriptos en sus fenómenos), territorios pensados (los que son objeto de un proceso interpretativo) y territorios posibles (aquéllos en los que imaginamos cambios deseables). El concepto de ciudadanía ambiental, propuesto por primera vez en la ECO ´92, hace referencia a la capacidad de los seres humanos para posicionarse de una manera crítica y propositiva como miembros de una comunidad. Y creemos que esto debe ser ensayado desde la niñez, desde la escuela. Somos ciudadanos de un entorno inmediato y, a la vez, ciudadanos de un mundo que de múltiples maneras determina a ese entorno inmediato.

El área transversal de Eco – Educación intenta impregnar de estas líneas de pensamiento el trabajo en capacitación docente –que en este momento cuenta con un espacio privilegiado en el Programa “Basura Cero y Algo Más”, que se lleva adelante en las plantas campamentiles dependientes de la Dirección Provincial de Educación Física.

El año pasado se realizó una campaña de compostaje domiciliario en una escuela de barrio Alberdi, con los chicos de 6° grado. Esta escuela está dentro del radio del Programa Separe Puerta a Puerta, una de las modalidades de gestión de residuos domiciliarios de la Municipalidad, por lo que nos pareció oportuno generar una instancia que, a la de separación de papel, plástico y vidrio ya en marcha, sumara la de separación y compostaje de la fracción orgánica, y que este modelo de gestión fuera visualizado más allá de las paredes de la escuela.

En esta experiencia y en todo taller en el que se aborde la problemática de gestión de residuos, se ha intentado poner de relieve:

. que todos, en tanto consumidores, somos productores de residuos
. que los hábitos de consumo, como así también los de generación de residuos pueden ser revisados y modificados, en pro de reducir el volumen de materiales que se desechan
. que son muchos los materiales que pueden tener alguna forma de aprovechamiento, y que orientarlos hacia este fin implica preservar los recursos
. que la separación en origen es el único modo directo de garantizar el máximo de calidad del residuo a ser reciclado, y el que tiende a la dignificación, facilitación, preservación de la salud e incremento de la ganancia de los trabajadores más vulnerables del sector.

Philippe Meirieu, un educador francés, dice que educar es “hacer para que otros hagan”. También por ello señalamos la necesidad de la coherencia de las instituciones educativas con los muchos discursos que hoy circulan.

"Es en los rincones más inesperados de la ciudad donde podemos  recortar una escena para hacer de ella un uso poético, político y pedagógico.", decía Antonio Berni, pensando en su “Juanito Laguna”.

Como organización ciudadana, esta idea nos inspira, nos insinúa ese camino nunca trazado de antemano. En ese “día a día” renovamos la apuesta por la educación, confiando en la inmensa potencia de pensar, de elegir y de actuar.                             

Ver fotos del evento por los 30 años:

"Eco-Alternativas: Compartiendo otro modo de vida"                                        

EcoDeseos: ¡Que se cumplan feliz!