Souza situó la problemática de los plaguicidas en el marco de la tendencia actual de incremento constante en el paquete tecnológico (semillas, fertilizantes, biocidas, etc.) aplicado en la producción de monocultivo, y por tanto de inversión de capital. Esta tendencia tiene impactos sociales concretos, puesto que está dejando afuera a aquellos productores que no logran acceder al capital y tecnologías necesarios para seguir insertos en la agricultura convencional. Y sobre todo, tiene impactos ambientales por el uso de agrotóxicos, ya que por ejemplo, pueden contaminar suelos y cursos de agua dulce, afectando la flora y fauna del lugar. Y eso impactar en la salud de los seres humanos. Con el actual sistema, no sólo se afecta a quien aplica los pesticidas y los que habitan en las zonas próximas al sitio de aplicación, sino que aquellos son dispersados por acción del viento y de la lluvia a miles de kilómetros, como ha sido demostrado con pueblos originarios de Alaska. A ellos se les encontró pesticidas en sangre cuando en su región no hay prácticas que los utilicen.
También Javier Souza mencionó cómo fueron evolucionando en diferentes décadas los agrotóxicos. Los sucesivos reemplazos (clorados por fosforados, éstos por piretroides, etc.) eran presentados comercialmente como más inocuos que sus antecesores. Pero en realidad, con el tiempo, las investigaciones que pudieron ser publicadas demostraron la gran capacidad de daño en la salud de cada uno de esos agrotóxicos, afectando, por ejemplo, al sistema endócrino o al sistema nervioso, o a ambos.
Se detuvo, en su exposición, para invitar a la reflexión sobre el sistema implementado en la Argentina sobre el sistema implementado en Argentina por parte de la autoridad competente, SENASA, para autorizar el uso de un agrotóxico. La empresa, creadora del agrotóxico, le pide a un laboratorio que realice estudios sobre la toxicidad del producto. El informe que genera el laboratorio es presentado por la empresa ante el SENASA y si cumple con las pautas legales el producto es aprobado. No hay una contraprueba en SENASA que al menos verifique el informe del laboratorio. Sobre este panorama tan favorable a las empresas productoras de biocidas, se suma el hecho de que sólo se evalúa la toxicidad ante una intoxicación aguda del producto y no la intoxicación crónica, tan presente en quienes por años son expuestos a los agrotóxicos y en dosis menores a las que generan intoxicación aguda. Ante esta explicación muchos de los presentes se sintieron desconcertados, indignados, pero ninguno conforme con la actuación que le cabe al Estado ante la regulación del uso y autorización de agrotóxicos.
Frente a esta realidad que nos plantea el actual sistema agropecuario, llegando -como ejemplo de su insustentabilidad- a que por cada caloría que genera se le entregaron 6 calorías, Souza presentó las distintas escuelas y sus creadores, que llevan adelante prácticas agrícolas alternativas. Fue así que se habló sobre permacultura, agricultura orgánica, deteniéndose en la agroecología, tema del taller. De entrada, planteó una cuestión central de la agroecología: no se trata de cambiar algunas prácticas por otras, sino de hacer algo totalmente diferente. En el extremo opuesto de la agricultura de monocultivo, la agroecología propone compatibilizar la diversidad y los ciclos naturales con los productivos, y para eso se sustenta en una serie de principios básicos (combinación de cultivos, nutrición adecuada del suelo, uso de tecnologías apropiadas, manejo integrado de plagas, sustitución de insumos de síntesis, etc. ). Sin embargo, Souza explicó que no existe una única receta a la hora de llevarla a cabo. El modo en que se realice dependerá de variados factores, entre los cuales están los objetivos de cada productor, la tecnología que disponga, y la posibilidad de contar con el apoyo de técnicos, de otros productores y sus organizaciones, tanto en materia productiva como de comercialización. Alrededor de esta cuestión se generó un interesante intercambio de ideas con productores hortícolas orgánicos que participaron en el taller.
Se cumplió ampliamente con el propósito de este evento que fue mostrar otras prácticas agrícolas, libres de agrotóxicos y con las cuales se obtiene una renta sostenida en el tiempo. No obstante se seguirán promocionando a través de nuevos talleres, con el ánimo de contar con la presencia nuevamente del Ing. Javier Souza Casadinho.