#8M: Nosotras paramos (y marchamos!)

Desde el ecofeminismo, consideramos fundamental recordar que somos seres ecodependientes, somos parte de la naturaleza; y también interdependientes, ya que la vida humana depende del trabajo que otras personas nos dedican.

No olvidemos que el orden social se estructuró en torno a los mercados como epicentro, mientras la cotidiana, crucial y difícil responsabilidad de mantener la vida reside en la esfera de lo gratuito, de lo invisible, en el espacio del trabajo no remunerado de las mujeres (alimentar, cuidar, apoyar emocionalmente, cuidar a personas ancianas, enfermas, gestionar el presupuesto y los recursos del hogar, etc.) y de la naturaleza (fotosíntesis, el ciclo de carbono y del agua, regeneración de la capa de ozono, etc.).

Por eso, paramos para visibilizar y revalorizar los trabajos de cuidado que sostienen la vida y el costo ambiental que involucra la producción, realidades ignoradas por este sistema que se reduce a mercantilizar todo, confundiendo el progreso social y el bienestar con la acumulación de bienes materiales.

También abogamos por un punto de vista feminista descolonial que incluya las apuestas y las metodologías de resistencia de millones de mujeres indígenas, afrodescendientes, campesinas y del campo popular que cada día enfrentan la violencia del sistema moderno colonial capitalista de género.

No deben excluirse del paro las experiencias de trabajo y de organización de lo común que no encajan con la noción de empleo asalariado y ascenso social que señala el ideario de progreso capitalista.

Desterrar el patriarcado de nuestra mirada, desnaturalizar la división sexual del trabajo y poner en relieve la sostenibilidad de la vida, serán parte de la práctica y el esfuerzo cotidiano que nos proponemos realizar para construir una vida que merezca ser vivida.

¡Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras!

8 de marzo de 2019