Desde hace una semana los Vecinos Afectados por Obras esperan ansiosos que el intendente Miguel Lifschitz les conceda una audiencia para manifestarle su preocupación "porque sectores de la construcción pretenden modificar el flamante Código Urbano". Ellos entraron a tallar en 2006 cuando comenzaron a sentir, no sólo en sus viviendas, el impacto del boom inmobiliario con grietas, roturas y pérdida de sol y aire.

"Estamos en desacuerdo con modificaciones que favorecen a los intereses económicos de un sector, sin convocar al conjunto de la ciudadanía ni tener en cuenta a quienes deben soportar que merme su calidad de vida", argumentaron los vecinos, apoyados por el Taller Ecologista en la nota que elevaron el 19 de junio al Ejecutivo.

Para el portavoz de Vecinos Afectados por Obras, Jorge Alvarez Beloso, se deben oír todas las campanas. "Queremos que escuchen nuestra opinión sobre el lobby que hicieron los empresarios de la construcción para modificar el Código Urbano, porque somos parte interesada", explicó. Pero la agenda que llevarán al Ejecutivo no se agota ahí. Piensan plantear la necesidad de ser incluidos en la comisión asesora del Plan Director, creada por decreto en 2001, aunque nunca funcionó.

Según Beloso, dos años atrás elevaron la misma propuesta al Concejo y plantearon la necesidad de incluir en esa comisión a otras entidades sociales que representen a distintos barrios o sectores. En su opinión, el fundamento de la solicitud cae por peso propio: "Queremos voz y voto en lo relacionado con la construcción porque somos los verdaderos afectados por las resoluciones que se tomen en este tema".


Falso.
Para los vecinos hay una contradicción en los argumentos de los constructores que aducen crisis para sus proyectos, pero que aseguran poder superarla con edificios VIP.
"El boom inmobiliario se agota como negocio por exceso de oferta suntuaria. Pero hay mucho por hacer en el área de la vivienda económica, aunque allí las ganancias son menores", sostuvo Beloso y agregó que la retracción de la construcción está en consonancia con lo que pasa a nivel internacional.

Para el grupo que pidió la audiencia, la ciudad de Rosario necesita construcciones pero "no edificios de 10 o 12 pisos en terrenos chicos, clavados dentro de las medianeras o en pequeños terrenos que terminan convirtiendo a las cuadras en paredones homogéneos donde no entra el aire ni el sol", aseguraron.

También les llamó la atención que la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) apoye al lobby de los empresarios porque justamente este tipo de edificaciones es el que menos mano de obra utiliza. "La construcción de viviendas individuales requiere más mano de obra, pero no genera tanta ganancia", enfatizaron los vecinos.

Fuente: La Capital