Esta semana se retomaron en Nairobi (Kenia) las negociaciones entre 170 países de todo el mundo para discutir el texto de un Tratado Global de Plásticos, el cual pretende ser una herramienta legal para proteger la salud humana y al ambiente de dicha contaminación. Del encuentro (INC-3) participan Estados, el sector privado, la academia y organizaciones de la sociedad civil. Hoy existe un consenso sobre la importancia de tener un Tratado Global de Plásticos. Sin embargo, la clave está en qué tipo de tratado queremos. Desde las organizaciones argentinas por un Tratado Global de Plásticos -Consciente Colectivo, Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Taller Ecologista y Unplastify- se busca promover un tratado ambicioso, que incluya la reducción del consumo de plásticos, y que impulse una transición justa, inclusiva y participativa.
La contaminación plástica es hoy un problema creciente que debe ser abordado. 11 millones de toneladas de plástico ingresan al océano cada año. La producción y consumo de plásticos ha crecido de manera desmedida en las últimas décadas. Durante el período de 1950 a 2015, la producción acumulada alcanzó los 7.800 millones de toneladas de plástico. La mitad de todo ese plástico se produjo en los últimos 13 años (Geyer et al., 2017). También consumimos este material de manera desmedida: En Argentina se calculó que consumimos entre 40 y 42 kg de plástico por persona al año (Ministerio de Hacienda, 2019). Esto adquiere aún mayor relevancia si tenemos en cuenta que, luego de ser desechado, este nunca desaparece. Con el tiempo se va rompiendo en pequeños pedazos que son los microplásticos, y ya se han encontrado en alimentos como la sal de mesa (Dongqi Yang et al., 2015; Iñiguez Maria et al., 2017). Recientemente, se detectaron microplásticos en la sangre (Leslie et al., 2022; Ragusa et al., 2022). La contaminación por plásticos ya tiene un impacto directo no solo en el ambiente, sino también en la calidad de vida y la salud de las personas.
Frente a esta problemática, en marzo de 2022, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) aprobó la creación de un comité intergubernamental con el fin de negociar un Tratado Global de Plásticos. Del 13 al 19 de noviembre se realizó la Tercera Sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-3). Durante esta sesión, se discutirá el contenido del Borrador Cero, un texto inicial del tratado que tiene varias opciones a considerar entre los puntos propuestos.
En este marco, desde Consciente Colectivo, Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Taller Ecologista, Unplastify y Asociación Sustentar sostenemos que la manera más eficaz para frenar la contaminación por plásticos es abordando el problema desde su origen. Es importante reducir al máximo la producción y consumo de plásticos, en especial de los plásticos de un solo uso y de todos aquellos de corta vida útil en general, prescindibles y problemáticos, así como eliminar el uso de aditivos tóxicos.
A pesar de los esfuerzos, el reciclaje es insuficiente. La composición química de los plásticos solo permite una reciclabilidad limitada y finita, contrariamente a lo que sucede con otros materiales, como el vidrio o el metal. Los plásticos solo pueden reciclarse a lo sumo 2 o 3 veces, según National Geographic. “Por eso, buscamos promover un tratado ambicioso que ponga foco en la reducción de la producción y consumo de plásticos, que busque una transición justa e inclusiva” ”, manifestó Mirko Moskat de Taller Ecologista.
Se han identificado más de 10.000 sustancias químicas en plásticos, entre las cuales una cuarta parte se trata de sustancias preocupantes para la salud. “Es importante que el Tratado garantice la información y transparencia sobre las sustancias químicas que contienen los plásticos y sus impactos en las personas”, planteó Cecilia Bianco de Taller Ecologista.
Los plásticos provienen de combustibles fósiles (CIEL, 2019), por lo que desde la extracción de su materia prima y el refinamiento, se emiten gases de efecto invernadero. Mismo en su disposición final, que ya mencionamos es deficiente en la mayoría de los casos, estos plásticos siguen generando emisiones.
“No hay que perder de vista que esta problemática está directamente vinculada con el cambio climático, ya que los plásticos generan emisiones a lo largo de todo su ciclo de vida. Abordar esta problemática es abordar también la crisis climática ”, alertó Mijael Kaufman, coordinador del área de Política Regional e Internacional de Consciente Colectivo.
“Considerando el impacto ya mostrado que tienen los plásticos en la salud y en el ambiente, esta problemática es una cuestión de derechos humanos. Es importante que el texto del borrador incluya este principio, reconocido por Argentina en su presentación , explicó Leandro Gómez, coordinador del programa Inversiones y Derechos del área de Política Ambiental de FARN.
La promoción de la reducción de producción y consumo de plásticos debe ir de la mano de medidas que acompañen la transición de los sectores que puedan verse afectados a lo largo de toda la cadena. Establecer las disposiciones necesarias que acompañen a los sectores en esta transición. Identificando las mismas oportunidades que puede traer en términos de desarrollo y de empleo el pensar sistemas alternativos al descarte. ”, indica Clara Subirachs, coordinadora de Políticas Públicas de Unplastify.
Si bien todavía las negociaciones internacionales continúan, el texto final debe estar consensuado y aprobado para finales de 2024. Este tratado es un avance y un claro entendimiento de la necesidad de actuar, y de manera urgente. La contaminación por plásticos es un problema mundial que requiere de acciones inmediatas.