Del 25 de noviembre al 1º de diciembre tuvo lugar la quinta sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-5), en Busan, Corea del Sur. Allí participamos como ONG observadora, a través de nuestra compañera Cecilia Bianco. En principio, sería la última ronda de negociaciones para lograr un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos. Sin embargo no se lograron avances significativos y las negociacaciones continuarán.

Desde Taller Ecologista estuvimos presentes a través de Cecilia Bianco, participamos como ONG observadora, junto a referentes de organizaciones de la red “Abya Yala por la reducción de la producción plásticos con metas globales vinculantes”, de la cual formamos parte. Luego de días de trabajo, y tras dos años de negociaciones, no se logró un acuerdo para el texto del Tratado, por lo que el trabajo continuará en próximos encuentros.

Esta quinta negociación del Tratado Global de Plásticos se inició con cierta expectativa, estaba en agenda trabajar en un texto propuesto por el presidente del Comité Intergubernamental de Negociación, el cual tenía al menos un tercio de las páginas del texto compilado, resultado de la negociación anterior, INC4, realizada en Ottawa, Canadá.

Durante el desarrollo de las reuniones pudo notarse cierta y deliberada lentitud en las negociaciones, promovida principalmente por países petroleros e industriales de plásticos. En paralelo también hubo países que efectivamente bregan por un tratado que en esencia proteja la salud y el ambiente, terminando con la contaminación del plástico, que es el objetivo de la resolución 5/14 de la UNEA.

En la última plenaria, México y otros 93 países pidieron que el instrumento incluya una obligación clara y jurídicamente vinculante de eliminar gradualmente los productos plásticos más nocivos y las sustancias químicas de preocupación. En el mismo sentido, Ruanda contó con el apoyo de 84 países en su contundente declaración, en la cual -entre otros ítems- pidió por la reducción de la producción de polímeros plásticos primarios a niveles sostenibles.

Son numerosos los países que interpretan la urgencia de contar con un buen tratado, varios de ellos de nuestro continente, y que han adherido a las declaraciones en plenaria. Lamentablemente Argentina no se ha sumado aún.

Los avances y responsabilidades concretas deberán reflejarse en el futuro instrumento internacional, que tendrá continuidad de negociación en la próxima INC5.2 -sin confirmación de fecha ni lugar de realización- cuyo texto cuenta con 22 páginas y con más de 350 corchetes (frases propuestas y/o no aceptadas aún).

En adelante queda mucho por discutir y acordar, sabemos que es un trabajo de largo aliento, pero dentro de la complejidad pueden verse señales positivas de alcanzar un tratado ambicioso, limitando la producción de plásticos, transparentando la información sobre las sustancias químicas y su trazabilidad, disponiendo de un fondo específico y ayudando a los países más afectados por la contaminación de los plásticos.

Desde Taller Ecologista esperamos que se arbitren los mecanismos para que nuestros delegados y delegadas actúen en la protección del ambiente y la salud. Estamos en tiempo de descuento, la acción es ahora.