Las organizaciones de la sociedad civil y agrupaciones socioambientales que venimos apoyando el proceso de ordenamiento territorial y el Plan de Manejo de la Reserva de Usos Múltiples Humedales e Islas de Victoria, denunciamos públicamente que el viernes 14 y sábado 15 de julio se llevaron a cabo fiestas masivas e ilegales en pleno ecosistema de humedal, sobre un área natural protegida en cuyo territorio no están autorizados ni bares ni discotecas.

El evento clandestino se realizó a escasos metros del peaje, en el terreno del empresario ganadero rosarino Enzo Vignale, predio que intentan dar a conocer con el nombre de Wakeland. Su ubicación geo referenciada se puede encontrar en Google Maps en las coordenadas: -32.86429658151604, -60.622818272159975. Cabe destacar que no es la primera vez que se realizan fiestas multitudinarias ilegales en este lugar.

La convocatoria llegó por redes sociales, con el texto: “Yenderson y cachengazo se unen parar brindarles una noche única”, junto al truco de secret location, es decir que no dio la ubicación a menos que con nombre, apellido y DNI se pague una entrada de aproximadamente 5.000 pesos. En el flyer de difusión se podía apreciar una persona en la naturaleza con una máscara antigás.

Otra particularidad que tuvo el suceso del sábado es que fue una invitación indirecta pero implícita a romper una veda electoral en un país al que le urge ponerse de pie. Si bien el hecho ocurrió en tierras entrerrianas, la publicidad estuvo dirigida principalmente a Rosario, ya que en las redes sociales del evento se incitó a dejar las calles vacías de la ciudad y sobrevivir en el fiestón a 10 minutos de la ciudad.

Esta situación es ejemplo claro de las razones que impulsan la férrea oposición de ciertos grupos a la aprobación del Plan de Manejo de la Reserva: seguir haciendo lo que plazca en un territorio sin orden ni control.

Es importante destacar que no estamos en contra de la diversión y las fiestas cuando ocurren legalmente y en lugares adecuados, como lo es la ciudad, por ejemplo.

Una vez más denunciamos este episodio porque ocurrió en un humedal en estado de extrema vulnerabilidad, donde ya se habla de extinción de especies a nivel local. Una vez más la música a niveles altísimos, los autos estacionados sobre el suelo litoral, un suelo de por sí degradado debido a incendios y usos inadecuados.

Una vez más los movimientos de tierra con maquinaria pesada para facilitar el acceso, la afectación de la flora, los ruidos que molestan a la fauna y los desechos que inevitablemente se producen. Una vez más, la absoluta falta de control. Otra vez el daño.

Por supuesto que hemos realizado las denuncias correspondientes en los lugares adecuados. Una vez más hemos dado aviso y una vez más esperamos dejar de esperar que se respete a nuestra amada isla.

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