En el marco de la penúltima negociación del Tratado global sobre plásticos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, organizaciones de base de la sociedad civil de la región de América Latina y del Caribe han conformado esta Red para manifestar su preocupación por la promoción de prácticas y tecnologías de gestión de residuos bajo el argumento de una economía circular del plástico que han impactado seriamente la salud de las poblaciones y la de los ecosistemas.
El objetivo de la red es incidir en la comunidad internacional sobre las situaciones y demandas específicas de la región Latinoamericana y alertar sobre los principales impactos sociales, medioambientales, culturales, económicos y en salud causados por la contaminación plástica.
En este contexto, algunos de los temas de alta preocupación son las falsas soluciones que se promueven bajo esquemas de economía circular como lo son proyectos, tecnologías e instrumentos económicos que se presentan como alternativas para solucionar la contaminación por plásticos, pero que no son realmente efectivas, ya que operan como distractores de las soluciones reales, o peor aún, sus efectos negativos son más dañinos y agravan la contaminación plástica. Algunas de las falsas soluciones son: la incineración, co-incineración, co-procesamiento en hornos cementeros, pirólisis, reciclaje químico, bonos plásticos, sistemas de limpieza marina, entre otros.
Además, las organizaciones integrantes de la red han pedido durante esta semana de negociaciones en Ottawa, Canadá, que se apoyen metas globales vinculantes de reducción de la producción de plásticos no menores a un 70% sobre la base de la producción del 2019 hasta el 2030. Y se excluyan las falsas soluciones de los métodos de gestión de residuos en el Tratado sobre plásticos.
Alejandra Parra de la RADA, Temuco, Chile: La formación de esta red es un esfuerzo ciudadano para abrirnos espacios donde podamos expresar nuestras perspectivas latinoamericanas y del caribe. Nuestros territorios son especialmente afectados por los impactos de los plásticos en todo el ciclo de vida, o más bien cadena de muerte de este tóxico material, en especial los sectores más vulnerables como las mujeres, niñeces, reciclador@s de base y pueblos indígenas. Las falsas soluciones ocultas tras el concepto de economía circular nos ponen más aún en riesgo, acrecentando la vulnerabilidad y exacerbando los impactos ambientales, sociales y económicos que ya sufrimos.
Larisa de Orbe de la Red Mexicana de Acción Ecológica: en esta etapa de las negociaciones del Tratado de Plásticos es importante asegurar que las voces de América Latina y el Caribe sean escuchadas, ya que nuestra región se ve directamente afectada por las consecuencias de la excesiva producción del plástico. Algunas de estas consecuencias incluyen los problemas asociados a la exportación de residuos plásticos a nuestros países, lo cual consideramos colonialismo de residuos, así como las falsas soluciones que se imponen en los territorios afectando la vida de las comunidades e intensificando procesos de injusticia ambiental.
María Isabel Cárcamo de RAPAL-Uruguay: Es importante que el Comité Intergubernamental de Negociación contenga disposiciones de control sólidas y jurídicamente vinculantes para proteger la salud humana y el medio ambiente. Para ello, debe cumplirse con el mandato de la Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) y que se aborde el ciclo de vida completo de los plásticos, incluyendo medidas para controlar y monitorear los volúmenes de su producción. Los plásticos son carbono más sustancias químicas tóxicas, la ciencia nos indica que todo plástico elimina sustancias tóxicas, y estas producen impactos extremadamente negativos en la salud y el ambiente, el tratado necesita promover alternativas libres de tóxicos, entre las solución, no incluya reciclaje químico, ni mecánica ya que ambas promueven la utilización y generación de más tóxicos.
Cecilia Bianco de Taller Ecologista, Argentina: En el caso del reciclaje mecánico, preocupa mucho que el proceso acumule, potencie y concentre el contenido de sustancias tóxicas en los productos finales, las cuales son de baja calidad y durabilidad, afectando a consumidores, recolectores, recicladores de base, trabajadores de fábricas, comunidades, territorios y ecosistemas indígenas. El proceso de manipulación, limpieza y trituración de plásticos expone a los trabajadores a polvos, vapores, virus y bacterias peligrosos, incluidos microplásticos y nanoplásticos. Por lo tanto, el reciclaje mecánico de plástico no solucionará el problema mientras los niveles de producción sigan aumentando y contengan aditivos tóxicos.
Zuleica Nycz de Toxisphera, Brasil. El tratado debe crear los mecanismos necesarios para garantizar la transparencia y la trazabilidad de las sustancias químicas tóxicas, con el fin de asegurar la adopción de medidas rigurosas a lo largo de todo el ciclo de vida de los plásticos. El reciclado mecánico y químico no cumple las especificaciones técnicas de seguridad medioambiental y salud humana.
Laura Suárez de Fundación PlastiCo. Project, Ecuador, Es justo en este punto de las negociaciones donde se empezará a limpiar el texto, y es imperativo que se consideren aportes y realidades desde un enfoque de derechos humanos, de género e intergeneracional, prestando especial atención a las voces de Pueblos Indígenas, comunidades de los territorios en sacrificio, los niños, niñas y jóvenes, recicladores (as) de base, cuyas necesidades y demandas deben ser escuchadas.
*Organizaciones que componen la red: Taller Ecologista, Argentina; Red de Acción por los Derechos Ambientales RADA, Chile; Red Mexicana de Acción Ecológica, México; Mar Viva, Costa Rica, Panamá y Colombia; Toxisphera, Brasil, Fundación PlastiCo. Project, Ecuador, Red de Acción en plaguicidas y sus alternativas para América Latina, RAPAL – Uruguay.
Ottawa, Canadá, 28 de abril de 2024.