*Por Andrés Martínez 

Luego de que durante la noche se celebrara una asamblea de emergencia en la Plaza de Temacapulín y con el repique de las campanas de la Basílica de la Virgen de los Remedios, los habitantes de la comunidad amenazada por el embalse, se han comenzado a alistar para salir hacia el lugar donde se levanta la cortina.

Los pobladores que se niegan a ser reubicados pretenden hacer valer la sentencia de un juez que ordena la suspensión de las obras, pues se acredita que se están violando las garantías de las personas.

En la acción también participan cerca de cincuenta miembros del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (Mapder), procedentes de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Colima, Nayarit, DF, Guanajuato y Guadalajara.

La toma de la presa, que aseguran será pacífica, es respaldada además por la recomendación emitida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco en 2009, por los contundentes resultados de la consulta popular realizada en enero pasado, así como porque la obra no reúne ni siquiera con todos los trámites, como es el uso del suelo, manifiestan.

"Esta acción, vigorosa y definitiva, responde al alto nivel de hartazgo y desesperación en que las comunidades afectadas por represas y macro proyectos antidemocráticos en México se encuentra", expresó el padre Gabriel Espinoza Íñiguez.

Los habitantes de la comunidad alteña señalan que antes de llegar a este punto se había recurrido a instancias locales, estatales, federales, intentado interlocución con los promotores de la obra; se habían ganado múltiples recursos legales, además de que habían expresado reiteradamente su rechazo al embalse del Río Verde.

"No más retórica, 2 millones de beneficiarios en León por 25 años no valen 16 siglos de historia en Temacapulín", expresó.

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