Está claro que discutir políticas energéticas implica discutir políticas de desarrollo ya que aquellas solo son una política sectorial de éstas últimas.

A su vez vivimos en la región una fiebre extractivista, agronegocios sojeros, minería depredadora e hidrocarburos, un combo necesario para sostener el modo de acumulación capitalista extremadamente depredador e inequitativo.

Quienes apostamos a los gobiernos progresistas en toda la región apostamos a que estos gobiernos pudieran desafiar un futuro determinado por la fatalidad histórica.

Existe otra posibilidad para el desarrollo de la región y el país, pero para ello hay que desafiar el futuro y construir algo diferente a lo que conocemos. Esto significa rediscutir el modelo productivo y consecuentemente el modelo energético.

¿Es de imaginar por ejemplo que nuestro país debe tener dentro de dos décadas una industria automotriz más fuerte o más débil?, ¿qué sectores de la economía deben activarse y cuales desactivarse?. Es imposible pensar en un modelo menos depredador si no avanzamos en usar menos materia y energía.

En el sector energético el futuro se construye todos los días. Más allá de que haya una muy tibia apuesta por el sector eólico sería bueno que el gobierno haga el ejercicio de revisar los montos invertidos en hidrocarburos y nuclear versus renovables. Allí quedaría muy claro porque el futuro para el gobierno y muchos otros sectores tecnocráticos es fósil.

A principios del siglo veinte el petróleo era el futuro y Argentina hizo los deberes, creó un fuerte aparato con empresas, universidades, recursos, investigación para desarrollar esta fuente de energía, lo mismo ocurrió con el gas a mediados del mismo siglo.

Hoy los hidrocarburos son el pasado, el futuro se encuentra en la eficiencia y las fuentes renovables de energía acompañando un modelo productivo menos intensivo en energía pero mucho más equitativo.

El ejemplo del petróleo y el gas nos muestra que ninguna fuente energética superó a otra sin una fuerte intervención de los estados. Eso es lo que hace falta en el sector energético:

Construir un futuro distinto, desarrollar escenarios alternativos y generar las herramientas para construirlo. EL único futuro que llega solo es el que no deseamos, el otro futuro hay que construirlo.

Pablo Bertinat / Taller Ecologista
Observatorio de Energía y Sustentabilidad, UTN