La Marcha Plurinacional de los Barbijos (multisectorial integrada por decenas de organizaciones) repudió la ordenanza de autoría del concejal Aldo Pedro Poy y votada por mayoría este jueves, que declaró de interés municipal el Congreso de la Soja del Mercosur “Mercosoja 2019”, a realizarse en la Bolsa de Comercio de Rosario el 4 y 5 de septiembre.

Una vez más, la mayoría de lxs ediles del Concejo rosarino mostraron su alineación con las empresas del agronegocio, lo cual quedó de manifiesto con la votación de este jueves 29 de agosto, con 14 votos a favor y 11 en contra, logrando declarar de Interés Municipal el evento internacional sobre el negocio de la soja.

Votaron a favor el bloque Socialista y Cambiemos, más Osvaldo Miatello (Compromiso por Rosario). Por el Socialismo Pablo Javkin, María Eugenia Schmuck, Agustina Bouza, Verónica Irizar, Aldo Pedro Poy, Horacio Ghirardi. De Cambiemos Ana Laura Martinez, Carlos Cardozo, Germana Figueroa Casas, Alejandro Roselló, Agapito Blanco, Roy López Molina y Renata Ghilotti,

En tanto, no acompañaron esta declaración, lxs ediles: Celeste Lepratti (Frente Social y Popular), el bloque de Ciudad Futura: Caren Tepp, Juan Monteverde, Pedro Salinas, Jésica Pellegrini y el bloque peronista: Marina Magnani, Andrés Giménez, Fernanda Gigliani, Norma López, Eduardo Toniolli y Roberto Sukerman.

Desde la Marcha de los Barbijos se recordó que el actual es un modelo de producción que destruye la biodiversidad, mundialmente ha quedado expuesto por lo que sucede en el Amazonas con los crudos incendios de este agosto. En nuestro país, son públicas las denuncias, día tras día, que vecinxs, maestrxs, hacen sobre los impactos de las fumigaciones.

“El Congreso de la Soja del Mercosur es una exaltación comercial y política de las falsas virtudes del modelo agropecuario. En nuestro país actualmente el cultivo transgénico está asociado a la pulverización, por año, de 500 millones de litros de agrotóxicos en el ambiente. Afectando la salud de la población y de los ecosistemas”, resaltaron con preocupación.

También manifestaron: “este modelo hace estragos en varios aspectos de la vida, cuando se analizan alimentos se encuentran pesticidas, cuando se analiza la sangre humana, se encuentran también pesticidas. ¿Cuántos pesticidas son el límite, dos, tres, cuatro?”, se preguntaron. “No hay barreras, los químicos están en el campo y en los alimentos de nuestros platos. Es un modelo que avasalla territorios como bosques , como el de nuestros cuerpos. Otra forma de producir alimentos es posible, sin uso de agrotóxicos. La salud es un derecho humano y no se negocia”, subrayaron.