Una recorrida para conversar con vecinxs y comerciantes de la zona del proyecto arroja lo que el Ejecutivo Municipal y muchxs concejales minimizan: construir torres de hasta 25 pisos en pleno centro de Rosario, en una de las zonas con más movimiento de la ciudad, traerá más caos vehicular, más ruido, más contaminación, y no será nada fácil convivir con una obra que durará seis años, pero que bien podría extenderse hasta doce según lo que el Concejo pretende aprobar. Más de 4.000 personas ya firmaron una petición para frenarlo. Reclamamos al Concejo la realización de una AUDIENCIA PÚBLICA para debatir qué ciudad queremos y que no sean los negocios los que gobiernen sobre los derechos de la población.

Hace diez días llegó al Concejo Municipal un “Estudio de Prefactibilidad Ambiental” que pretende lavarle la cara al proyecto y decir que se trata de una construcción con “valores sustentables”, según se lee en sus páginas. El Estudio fue realizado por una consultora contratada por la empresa titular del proyecto. Carente de imparcialidad, durante varias páginas no queda claro si se está leyendo un folleto publicitario o un estudio técnico objetivo.

El estudio presenta gran cantidad de aseveraciones que NO SON CUANTIFICADAS, sino meras expresiones cualitativas sin justificaciones técnicas ni demostraciones. Se toman como referencias soluciones estándar adoptadas en otras ciudades que no tienen nada que ver con las características de la nuestra, justamente en contraposición al concepto REAL de sustentabilidad. El documento NO ANALIZA en ningún lugar uno de los principales argumentos en contra del proyecto, que además es un aspecto consignado en la Ordenanza 8814, el mayor flujo vehicular derivado de las actividades que se desarrollen en el complejo.

En consecuencia no puede dar cuenta de los impactos asociados, como la mayor congestión, la mayor contaminación del aire, incremento de ruidos y emisiones de Gases de Efecto Invernadero. En línea con la poca seriedad del informe, se hacen aseveraciones como: “la instalación de jardines verticales y techos verdes mejora la calidad de aire del entorno”, pero NO hay un solo cálculo o justificación que cuantifique el orden de este resultado, o por ejemplo, LO CONTRASTE con la contaminación agregada por el incremento de automóviles que el proyecto traerá al área central.

En conexión con lo anterior, el estudio pretende establecer una línea de base respecto a la contaminación del aire y ruidos. El mensaje que pretende dar es que actualmente no habría valores de contaminación que sean motivo de preocupación. Dicho de otra manera: presuntamente hay margen para empeorar un poco la situación.

Sin embargo los análisis que realizan para dar cuenta de la situación actual son totalmente insuficientes: como ejemplo, para evaluar la calidad de aire se midieron algunos parámetros en 4 puntos durante 20 MINUTOS; pero no es posible extrapolar lo que ocurre con el aire en una ciudad a partir de tan sólo 20 minutos de datos. Esto se contradice, además, con la información que Taller Ecologista obtuvo hace algunos años a partir de una demanda judicial al Municipio. Los datos indicaban que los valores de contaminación del aire superaban frecuentemente lo recomendado por la OMS. No hay por qué aceptar que por no estar tan mal, aun si ese fuera el caso, se justifica que se pueda presionar aún más sobre la situación.

Otro de los puntos que las organizaciones planteamos es la pérdida de acceso al sol por parte de vecinos del entorno. El estudio APENAS da una argumentación cualitativa sosteniendo que “no generaría un cambio significativo en relación con la sombra que actualmente reciben las manzanas aledañas”, sin presentar siquiera un estudio o cálculo de proyección de sombras. Las organizaciones, con muchos menos recursos, realizamos una proyección preliminar que difundimos meses atrás y que muestra que principalmente los vecinos de calle Rioja quedarán en gran medida privados del sol.

Las megatorres además serán consumidores voraces de energía. Todo el parque solar inaugurado recientemente con bombos y platillos en la ciudad de San Lorenzo no alcanzaría para cubrir ni siquiera un quinto del consumo eléctrico estimado de las torres (suponiendo que consume efectivamente una potencia igual a la mitad de la que están solicitando a la EPE). Las medidas de eficiencia energética con las que la empresa DEFIENDE el proyecto sólo buscan pintar de verde un proyecto que por otro lado prevé un consumo energético muy elevado.

NO NOS OPONEMOS a que se desarrolle en ese lugar algún proyecto edilicio, pero consideramos que debería tener alturas razonables similares a las que se le autoriza a cualquier otro vecino en el centro.

Hay otros aspectos a cuestionar del estudio que concluye “el proyecto es superador a las obras convencionales, el cual apunta a desarrollar la obra en armonía con su entorno integral” y hojas más adelante plantea romper 250 metros de veredas para reforzar el abastecimiento de agua potable de las megatorres.

Pero cabe destacar que la mera realización de un estudio de estas características, incluso si estuviera bien hecho, NO ES SUFICIENTE para decidir sobre un proyecto de esta magnitud. Lxs vecinxs y otrxs actores como profesionales, organizaciones e instituciones de la ciudad tienen DERECHO A SER CONVOCADOS A OPINAR. Se trata de una obra que rompe el perfil del centro de la ciudad al triplicar las alturas habituales en esa zona.

A la fecha en la plataforma Hagamos Eco, más de 4.000 personas firmaron una petición en contra del proyecto. Reclamamos al Concejo la realización de una AUDIENCIA PÚBLICA para poder debatir sobre qué ciudad queremos y que no sean los negocios los que mandan y fuerzan decisiones políticas.