En estos años los avances no han sido suficientes y se siguen enviando diariamente casi 700 toneladas al relleno de la comuna de Ricardone, afectando la calidad de vida de sus habitantes. De lo ocurrido en este último año debemos subrayar la puesta en funciones de la Comisión de Seguimiento que llevaba más de un año de demora, los avances y mejoras sustanciales en la modalidad de Centros de Recepción y la reciente implementación de islas de separación en la vía pública. Pero aún queda mucho por hacer.
Es imprescindible empezar a realizar separación en origen de residuos orgánicos, que representan casi la mitad de los residuos que producimos y son los que más problemas generan en un relleno sanitario. En su totalidad son aprovechables a través de procesos como el compostaje y la biodigestión. Es necesario el desarrollo de campañas en función de esto y sobre todo confiar en la actitud de los ciudadanos. Con una estrategia eficaz para esta porción de los residuos la ciudad podría disminuir a la mitad los residuos enterrados.
En este momento se encuentra en discusión el nuevo pliego de Higiene Urbana y Gestión de Residuos y allí se deben plasmar las herramientas necesarias para cumplir con la ordenanza de Basura Cero, estableciendo metas claras, ambiciosas e incorporando los mecanismos necesarios para cumplirlas. Dicho pliego tendrá una vigencia de al menos 7 años, lo que marca la importancia de lo que en él se defina.
Alentamos a los ciudadanos a separar sus residuos a través de las modalidades que el Municipio propone. Esperamos que esto resulte exitoso y anime a las autoridades a desarrollar programas más ambiciosos, en particular focalizados en la separación y tratamiento de la fracción orgánica; sin ello será difícil cumplir con la ordenanza de Basura Cero. Hasta ahora el Ejecutivo se ha comprometido a realizarlo con el 5% de la población. Nos parece poco. Creemos que es posible y necesario un compromiso mayor.
El modelo actual de gestión de los residuos, apoyado en el enterramiento de casi la totalidad de los mismos, no se podrá sostener mucho tiempo más. El hecho de que estemos llevando nuestra basura a localidades vecinas, afectando su bienestar, debería hacernos reflexionar sobre la injusticia que entraña el modelo, y motivarnos a cambiar nuestros hábitos y a desarrollar un nuevo modelo de gestión. Los conflictos con comunidades que no estén dispuestas a recibir nuestra basura pondrán en crisis el sistema tarde o temprano. La otra cara de ello es el derroche de recursos, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, consecuencias del modelo que nos acostumbramos tener en cuenta.
Asociación Amigos del Parque Urquiza
Foro Ambiental Ciudadano
Greenpeace Argentina
Grupo Ecologista Génesis
Taller Ecologista