Día Internacional de Lucha por la Erradicación de las Violencias contra las mujeres e identidades feminizadas. Las ecofeministas necesitamos decirle basta a la violencia que se ejerce sobre nuestros cuerpos y territorios, sustentada en violencias económicas y estatales.
Violencia es invisibilizar y no valorizar los trabajos de cuidado que sostienen la vida, y el costo ambiental que involucra la producción, en un sistema que se reduce a mercantilizar todo confundiendo el progreso social y el bienestar con la acumulación de bienes materiales.
Violencia es el hambre y la feminización de la pobreza: 7 de cada 10 personas del grupo poblacional con menores ingresos son mujeres. En el mercado laboral las mujeres nos encontramos en una posición de mayor vulnerabilidad: tenemos un 10,8% de desempleo, mientras los varones mantienen un 8,7%; nos cuesta más conseguir trabajo (lo cual empeora si tenemos hijxs) y el que conseguimos suele ser de peor calidad; el 36% de las trabajadoras están en la informalidad, sin aportes ni obra social. Si a las barreras económicas les sumamos las dificultades de las mujeres de los estratos más bajos de la sociedad para acceder a agua potable y alimentos sanos, y la falta de soberanía energética que las expone a situaciones de peligro para sus vidas y la de sus familias, el escenario es aún más preocupante.
Violencia es la ausencia del estado. El cambio sistémico hacia sociedades sustentables, que permitan a las generaciones actuales y futuras una vida digna y armoniosa con el entorno, devendrá a partir de políticas sociales sobre aquellas problemáticas que se logren instalar en la agenda pública desde la organización social colectiva. Debemos abogar por la construcción popular de las soberanías alimentarias, energéticas, educativas y sanitarias, y esta última incluye el acceso al aborto en forma legal, segura y gratuita.
Violencia es no respetar y acompañar las luchas latinoamericanas originarias, campesinas y afrodescendientes por la vida y los territorios donde las mujeres, trabajando en comunidad, son protagonistas y día a día enfrentan la violencia del sistema moderno colonial capitalista de género.
Violencia es perseguir, criminalizar y asesinar a lideresas ambientales. El ecofeminismo es un movimiento que surge de las prácticas de lucha y resistencia de las mujeres frente a los avances del extractivismo en todas sus expresiones y, a lo largo de todo el territorio latinoamericano, muchas de estas mujeres defensoras del ambiente son asesinadas por corporaciones y estados cómplices.¡Bety Cariño, Berta Caceres y Laura Leonor Vasquez Pineda presentes!
Violencia es el golpe de Estado en Bolivia y la represión del aparato estatal y paraestatal en toda latinoamérica, que nos desaparece y mata por querer expresarnos como ciudadanas libremente. Por una América Latina libre, democrática y ecofeminista.
¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!