La cita fue el 29 de febrero, el último día del año bisiesto, en el Centro Audiovisual de Rosario. Allí las palabras e ideas circularon en torno a diferentes propuestas sobre la forma en que los individuos se desplazan por las ciudades. ¿Cómo hacer para que la movilidad colectiva y pública supere el uso individualista del auto?; ¿Cómo hacer un mejor aprovechamiento del espacio y una mejor distribución de los lugares verdes?
Los anfitriones, y quienes promueven un proyecto a largo plazo sobre la temática, fueron los integrantes del Taller Ecologista, organización que lleva 27 años de trabajo por un modelo de desarrollo sustentable, humanizado e igualitario. Esta vez, el invitado y expositor fue el arquitecto Manuel Ludueña quien compartió experiencias de otros países y ciudades, e ideas para empezar a pensar en otra forma de planificar nuestro espacio.

Ludueña es Planificador Urbano y Regional, ex Coordinador del Foro Ambiental Ciudadano CBA, ex Consejero del Plan Urbano Ambiental de la CBA, vicepresidente de SALCES, integrante de la Junta Directiva de Los Verdes FEP, y docente en el Curso de Tecnologías Urbanas Sostenibles de la Facultad de Ingeniería de la UBA. El especialista hizo un repaso sobre la forma de implementar una buena movilidad urbana y sustentable en las ciudades que hoy día viven atestadas de vehículos, tal como es el caso de Rosario y otras grandes urbes.

“Hay necesidad de desplazamiento de las personas. El tema es que ese desplazamiento, la necesidad y la forma de utilizar los vehículos sea acompañado conjuntamente”, dice y hace hincapié en lo poco que se toca este tema en las escuelas, ya que los menores ni siquiera saben cómo se desplazan sus amigos.

Con respecto a esto, también remarcó la redacción de las normas viales desde su planificación. “Las normas viales se hicieron basándose en los autos, entonces lo que se le enseña a los menores es siempre en base a esa forma de movilidad dentro de las grandes ciudades, sin demostrarles o enseñarles las otras opciones”, aclara Manuel.

En este punto específico, los ambientalistas proponen utilizar un poco más el transporte público, ya que la ocupación terrestre es menor que el del auto y puede transportar muchas más personas. También se puede apostar a la utilización de este tipo de vehículos que sean más ecológicos.

A su vez, se remarcó que la implementación del transporte público debe traer consigo un compromiso del gobierno de turno y de las empresas contratantes, sobre la información del colectivo, las paradas, la señalización y los recorridos de los servicios, para que el usuario pueda aprovecharlo más y resaltar los beneficios del servicio.

Asimismo, también se hizo referencia al uso responsable del auto, tanto las medidas de seguridad como el respeto de las leyes de Vialidad y de las velocidades máximas dentro de los espacios urbanos.

Uno de los ejes: el auto

Su principal propuesta se basó en la reducción del uso del auto, que más allá de la contaminación ambiental que produce, ocupa mucho lugar y es usado por muy pocas personas por unidad. Sin embargo es uno de los objetos más codiciados entre los habitantes de las ciudades y los que más se utilizan. Muchas veces se pone como excusa la comodidad, siendo que después hay que buscar lugar donde guardarlo, o cuando se transita por el centro en horas pico y se tarda más en llegar que utilizando otro tipo de transporte.

En dos ruedas

Otro de los puntos destacados fue acerca del uso de la bicicleta, que es más económica, fácil de estacionar, ocupa menos lugar y trae aparejados beneficios para la salud, provocando un daño nulo en el ambiente.

Se recordó que no muchas ciudades, incluyendo Rosario, tienen suficientes ciclovías para los usuarios y que tampoco los automovilistas respetan a los ciclistas.

A su vez se discutió sobre la importancia del lugar que se le deja en la calle al peatón. En las ciudades donde las poblaciones crecen a cada instante, los espacios libres y verdes van achicándose cada vez más, produciendo un atestamiento de calles y lugares sólo transitables para los vehículos.

En cuanto a esta problemática, el grupo de ambientalistas hace eje en el aprovechamiento del espacio y la mejor distribución de los lugares verdes, realizando proyectos que respeten este derecho de los habitantes a circular libre y cómodamente por las ciudades.

Si bien el peatón debería ser uno de los puntos fundamentales en el que pensar cuando se realiza un proyecto de desarrollo urbano, muy pocas veces se le da la importancia necesaria, y tantas otras, se los deja afuera. “En muchas ciudades donde hay lugares libres, en barrios por ejemplo, en lugar de hacer calles se impulsa la realización de plazas, de rotondas, donde se pueda utilizar el espacio público y se respete el lugar del peatón”, dijo Manuel.

Por esto se recordó que la implementación de un plan urbano requiere de un compromiso tanto del usuario como del Estado, en cuanto a la inversión para llevar a cabo estos proyectos. En este sentido, se destacó la implementación del carril único en la ciudad de Rosario, mostrando todos sus avances pero también resaltando lo que aún falta, sin dejar de reconocer que fue un gran paso hacia el orden de las ciudades futuras que queremos.

Y a su vez se hizo referencia a la centralidad. Manuel remarcó que en las ciudades siempre van quedando las actividades más caras ubicadas en los centros, que en este caso es la tierra, y por esto aumenta su precio. “Entonces siempre el aumento de centralidad es expulsivo de los sectores de menores ingresos, ya que no pueden acceder a la tierra ni a un lugar”.

Teniendo como horizonte la integración de las sociedades, Taller Ecologista, a través de esta actividad, pensó en dar un primer paso de planificación del futuro como una forma de organizar una ciudad respetuosa de la vida y del ambiente. Las puertas están abiertas para quienes quieran sumarse a esta iniciativa para comenzar a cambiar la forma de desplazarnos.

Fuente: Enredando