Las autoridades promueven este evento como una oportunidad de mostrar la ciudad al mundo apareciendo como un “ejemplo en la promoción y desarrollo de políticas deportivas orientadas hacia la inclusión sociocultural”.
Pero esta competencia nada tiene que ver con esos valores.
Este espectáculo está montado solo para hacer un gran negocio, donde las grandes empresas despliegan sus innovaciones tecnológicas poniendo en riesgo la vida no solo de los competidores y del equipo que los acompaña sino de otros muchos ajenos a la competencia.
Esta competencia es la expresión más retrógrada y peligrosa del automovilismo.
Hasta 2008, partía de alguna ciudad europea y llevaba a los corredores hasta Dakar, la capital de Senegal. Durante muchos años la carrera partió de París.
La edición de 2008 quedó salpicada por amenazas terroristas por parte del grupo terrorista Al Qaeda que llevaron a la suspensión de la prueba en África por recomendación del gobierno francés. Fue esa la razón por la que se decidió que la siguiente competencia se celebraría en América, pasando de Europa-África a Argentina y Chile, incorporándose luego Perú y Bolivia.
En su trazado, el Dakar echa por tierra el esfuerzo de mucha gente por conservar sitios del alto valor arqueológico, cultural y natural estableciendo obstáculos a ser superados a la mayor velocidad. Es la peor opción para hacer conocer paisajes y promover el turismo.
El dinero que eventualmente ingrese a las arcas estatales, de ninguna manera puede justificar esta verdadera promoción de una cultura de conquista y avasallamiento del medioambiente.
Durante la edición del año 2005, 24 organizaciones no gubernamentales, ecologistas y sindicales, suscribieron un manifiesto pidiendo la supresión del rally, al que tachaban de espectáculo publicitario para ricos en el continente de la pobreza y criticaban la utilización de África, destrozada por el SIDA, el hambre, las guerras y el endeudamiento, como terreno de juego.
Una vez más se monta un espectáculo para los ricos del mundo en un escenario en el que abunda la necesidad y la pobreza.
Los impactos que genera y los símbolos y valores que promueve son totalmente contrarios a los desafíos ambientales y sociales que tenemos que enfrentar en nuestra región y en el mundo.
El siglo 21 nos reclama otra manera de relacionarnos con las personas y con la naturaleza. Las evidencias de que es urgente un cambio de rumbo están a la vista. Ocasionar más daños al medioambiente por diversión y espectáculo nos reduce a la época del circo romano.
Es por todo ello que sostenemos que el Rally Dakar y competencias similares deben desaparecer y proponemos que se prohíba definitivamente espectáculos de estas características en territorio de nuestra provincia.
Por lo que solicitamos a los señores legisladores de nuestra Honorable Cámara de Diputados consideren la aprobación del siguiente proyecto de Ley.
Art. 1- Declárese el territorio de la Provincia de Santa Fe Libre de Dakar, prohibiéndose la realización y/o participación en el llamado rally Dakar ó cualquier competencia automovilística de características similares, quedando excluida la provincia de Santa Fe del recorrido de estas competencias automovilísticas.
Art.2- De forma
Autores del Proyecto:
Los Verdes, Trama Tierra, Taller Ecologista, Fundación PROTEGER, Centro de Protección a la Naturaleza, Taller de Comunicación Ambiental, Asociación ECOSUR, Centro Ecologista Renacer y el Paraná No Se Toca.