La aprobación como si fuera un trámite que ocurre en el Concejo en proyectos controvertidos como éste, y la demora en otros que cuentan con apoyo casi unánime de organizaciones de la sociedad civil, da cuenta de que los negocios pesan a veces más que el bienestar de la gente y la calidad democrática. A pesar del amplio debate respecto a las cocheras subterráneas, en el que se escucharon voces críticas de distintas universidades, ONGs, políticos y vecinos, al parecer varios sectores políticos hicieron oídos sordos.
Manifestamos nuevamente que resulta contradictorio que, paralelamente al discurso que pretende disuadir el uso del transporte individual, optimizar el servicio público y alentar la expansión de medios no contaminantes, se tomen medidas concretas que garanticen a futuro la llegada de más vehículos particulares a un área central ya colapsada, a través de una alternativa que concentrará la circulación vehicular generando mayor contaminación de aire y ruido.
La iniciativa sólo puede comprenderse desde la lógica ganancial de las empresas que se verán favorecidas por las licitaciones, pero no desde la que sustenta una mejora integral en la movilidad urbana dentro del área central y el resto de la ciudad. Lejos se está del carácter de sustentabilidad que se busca promover a través de los foros que se realizan anualmente en la ciudad, con una propuesta legislativa que hace imposible la reducción de las emisiones de los gases de efecto invernadero, objetivo que debe ser prioritario en las políticas del sector.
Las organizaciones abajo firmantes reclaman a los concejales que actúen de buena fe y no sigan adelante con una iniciativa que no tiene el aval de ninguna de las organizaciones ambientalistas y proteccionistas de la ciudad que se han manifestado públicamente.