"Queremos un lugar, necesitamos un espacio donde poder trabajar mejor. Hoy somos 6 compañeros que trabajamos a la intemperie, sin sombra en verano ni techo en invierno", nos cuenta este grupo de clasificadores de residuos que Taller Ecologista viene acompañando en su reclamo a la Municipalidad de Rosario por un lugar adecuado para trabajar.
A diario los camiones provenientes de diferentes programas municipales como el Separe Puerta a Puerta y los Centros de Recepción les acercan pilas de residuos a su lugar de trabajo: la vereda de Cabal y Olivé, y así, desde bien temprano comienzan con su jornada laboral, que se extiende hasta la tardecita.
Todos los días, desde 2001 cuando se conformó el grupo, Claudia, Norberto, Mario, Gabriel, Emanuel y Marina, trabajan a cielo abierto, en la vereda de sus casas, incluso sin contar con las mínimas condiciones de seguridad: guantes, barbijos, botas, elementos indispensables para cualquier trabajador del rubro. “Entre nosotros hicimos un fondo común para tener para cuando se corta o se enferma alguno de los compañeros”, señala Marina Gaetán.
La continuidad en la entrega de residuos -su principal materia prima- es otra de las preocupaciones del grupo. Según nos explican, hay días en que tienen kilos y kilos de residuos, y otros, en los que no reciben nada.
Entre los principales materiales que clasifican y recuperan se encuentran el cartón, papel, tetrabrick y metales, los cuales posteriormente venden por kilo. "Estamos trabajando en condiciones infrahumanas, hace 12 años que estamos acá, la Muni nunca nos dio nada, sólo cuando estuvo Cristina Marozzi por un año tuvimos un lugar. En los otros 2 centros de clasificación tienen galpones, nosotros somos los únicos que estamos en la vereda", nos explican las mujeres, voces referentes del grupo “Luchadores 1° de mayo”.
"Ya conseguimos un montón de posibles lugares pero no pasa nada, en la Municipalidad nos ponen la excusa de que no somos cooperativa", detallan, agregando que todos ellos hicieron el curso para la conformación de cooperativas y que tienen presentados los correspondientes papeles, pero desconocen en qué curva burocrática habrán quedado.
Mientras tanto, trabajan.
"Con lluvia, con frío, nosotros tenemos que estar, sino la basura nos tapa. Estamos haciendo un trabajo que es para el mundo entero, esto es algo ambiental. Nosotros gracias a la gente tenemos trabajo, y gracias a esto hoy le damos de comer a 6 familias. Les pedimos que ayuden a mantener la ciudad más limpia, que no haya tanta basura en el relleno sanitario. Acá son 2 los temas: el económico y el ambiental”, señala claramente Marina, con las manos curtidas, metidas en una bolsa repleta de latas y pedazos de cartón.