Tras siete años de fracaso continuado, las afirmaciones de la Unión Europea (UE) de que puede ‘arreglar’ su Régimen de Comercio de Derechos de Emisiones (ETS por sus siglas en inglés), ya no tienen credibilidad. Creemos que para dejar paso a medidas eficaces contra el cambio climático se debe abolir el ETS a más tardar en 2020.
El ETS, principal política de la UE para luchar contra el cambio climático, se introdujo en 2005 y dio lugar al mayor mercado de carbono mundial.[i] El ETS comprende sistemas de ‘fijación de límite y comercio’ (cap and trade) y de ‘compensaciones’ (offsets), que permiten a los participantes comprar y vender permisos de emisión y créditos de compensación para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones o simplemente para obtener un beneficio del mercado. La idea es reducir las emisiones industriales de gases invernadero creando incentivos para innovaciones que sean beneficiosas para el clima y así encaminar a la industria hacia un modelo de bajas emisiones.
Pero el sistema no ha conseguido nada de eso. La fijación de la UE por emplear el ‘precio’ como motor de cambio no sólo ha cimentado un sistema económico dependiente de las industrias extractivas contaminantes – con un aumento pronunciado en las emisiones de combustibles fósiles en 2010 y 2011[ii]. El fracaso es aún mayor, ya que el ETS se usa como modelo a seguir en otros mercados de emisiones que se han propuesto en países como Brasil y Australia y como modelo también para otros mercados de ‘servicios de los ecosistemas’ en áreas como biodiversidad, agua y suelos.
Los gobiernos de la UE y la Comisión Europea están decididos a mantener el ETS como el pilar central de las políticas climáticas de la UE. La fase III ha comenzado en 2013, sin embargo, es evidente que los fallos estructurales del ETS no se pueden arreglar, leer el documento completo aquí