Hace 34 años, la dictadura militar tomaba el poder por la fuerza, con el apoyo o la anuencia de las grandes potencias políticas y económicas. Durante este período, sistemáticamente fueron violados los más elementales Derechos Humanos del pueblo argentino. La dictadura no sólo entregó parte de su soberanía política, sino que abrió la puerta a la entrega y explotación de nuestros recursos naturales.
Ahora el saqueo por parte de esas mismas potencias políticas y económicas está siendo legitimado, en el marco de la globalización, por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. De esta forma, las grandes multinacionales y los organismos de crédito internacional obtienen la disposición y explotación sobre nuestros recursos naturales. Esta lógica del capital, que capta un elemento vital como es el agua para beneficio propio, viola flagrantemente el derecho humano al agua potable que, como todos los derechos humanos fundamentales, se basa en la dignidad humana y no en valoraciones de tipo meramente cuantitativo, que consideran el agua sólo como un bien económico.
En la actualidad es necesario redimensionar la noción de necesidades básicas por la de derecho humano fundamental, en la dignidad inherente a todas las personas. De este modo acceder al agua no sólo es una necesidad vital, sino un derecho humano universal, indivisible, inalienable, interdependiente con otros derechos, e igualmente exigible al Estado en su deber de garante, protector y promotor de todos los derechos humanos.
EL AGUA COMO BIEN COMÚN
El derecho humano al agua es consagrado bajo la noción de bien común. Según Barlow: “Los ámbitos comunes son el vasto reino que se encuentra fuera del mercado económico y la institucionalidad del Estado, y que típicamente es utilizado por todos nosotros sin pagar ningún canon ni precio. La atmósfera y los océanos, los idiomas y la cultura, las reservas de conocimiento y sabiduría, los sistemas de apoyo informal de la comunidad, la paz y la tranquilidad que queremos, los bloques genéricos constitutivos de la vida, son todos aspectos de los ámbitos comunes”.
Estos pensamientos son milenarios. En la mayoría de las sociedades tradicionales se asumía que lo que pertenecía a uno pertenecía a todos. Estos ámbitos comunes tienen la cualidad de siempre haber estado presentes: generación tras generación siempre han estado allí para su disposición. El agua como ámbito común se encuentra por fuera del mercado económico, su valor no es igual a precio, no es una mercancía: algo que se puede usar para obtener el lucro privado y ganancia personal. El bien común del agua es de acceso colectivo y su responsabilidad es compartida.
CERCAMIENTO DE LOS ÁMBITOS COMUNES Y VULNERACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
Asistimos a una privación de los ámbitos comunes. Las multinacionales, bajo el discurso del capital, han perfilado sus esfuerzos para mercantilizar los bienes comunes. Este cercamiento en relación con el agua aparece bajo tres formas:
1. Privatización de las entidades prestadoras del servicio.
2. Contaminación de los ámbitos de agua comunes por parte de unos pocos que así se benefician, perjudicando al resto.
3. Embotellamiento del agua.
El ciclo del agua se encuentra hoy amenazado por la acción antrópica sobre el sistema climático. El calentamiento global puede ser considerado como el mayor problema que enfrentamos a la hora de garantizar los derechos de la madre tierra y los humanos, como el acceso al agua potable. El problema radica en la insaciable e irresponsable ambición de desarrollo de las multinacionales que han degradado los ecosistemas y acuíferos, envenenando a las poblaciones que dependen de ellos. El discurso del modelo de desarrollo considera inevitable que la mundialización económica se constituya en una sola economía mundial, con reglas universales establecidas por empresas y el mercado financiero. Su lema es la libertad económica, y no la sana administración de la democracia y la ecología.
Sin embargo, los recursos hídricos no podrán conservarse de manera inteligente hasta que hagamos frente a la realidad de las desigualdades. Y sólo es posible enfrentar esta realidad rechazando con fortaleza los principios de la globalización económica.
DERECHO HUMANO AL AGUA
Por lo tanto, reconocemos que existe una profunda injusticia humana en lo que se refiere al acceso al agua potable en todo el mundo. Por eso afirmamos que existen ámbitos comunes a los que tenemos derechos por el solo hecho de ser miembros de la familia humana. La Constitución Argentina en su artículo 41 dice: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo”. Esto implica que tenemos derecho humano al agua potable, siendo el deber del Estado proteger los entornos de las cuencas y de los nacimientos del agua.
De aquí que consideramos que es necesario mantener el agua potable como un bien público, no confundiendo el espacio público con lo gubernamental, ya que a pesar de ser realizada la prestación del servicio por las entidades estatales, su uso y utilización se construye en el espacio político democrático, en donde participan todos los actores de la sociedad. El agua como derecho humano fundamental está hoy completamente relacionada con la territorialidad, así como con las implicaciones en la defensa de los bienes naturales que hacen posible que las aguas se produzcan.
De esta forma manifestamos:
*La lucha por el acceso al agua potable y salubre es también una lucha por los derechos humanos fundamentales.
*El agua y el aire le pertenecen a la tierra y a todas las especies, nadie tiene el derecho de apropiarse o sacar provecho de ellos a costa de otros.
*Los gobiernos de todo el mundo deben proteger las aguas de sus territorios, y declararlas bienes públicos.
*El agua debe ser exonerada de todo acuerdo internacional, bilateral y de libre comercio de inversiones, existente o futuro.
*Declaramos como inalienable y exigible el Derecho Humano al agua.
Amigos de la Tierra Argentina
Asamblea Delta y Río de la Plata
Asociación Civil Agua y Tierra
FOCO
Programa Argentina Sustentable
Red Iberoamericana por la Vida
Taller Ecologista