Varias cuestiones conspiraron para que finalmente no se le diera tratamiento adecuado al proyecto: siete reuniones seguidas de la Comisión de Ecología sin alcanzar quórum durante los meses de octubre y noviembre; ambigüedades en las posturas del frente oficialista, lo que nos lleva a preguntarnos si realmente hay interés en aprobar una normativa de este tipo.
Desde Taller Ecologista realizamos en todo este tiempo diversos aportes para contribuir a una discusión más fundamentada del tema. Elaboramos varios documentos técnicos y propuestas al proyecto en discusión. Además organizamos la visita de especialistas del INTI a la Comisión de Ecología, con el fin de que los concejales cuenten con asesoramiento técnico en la materia.
Resulta lamentable que a pesar de todo el trabajo realizado por nosotros, algunos concejales y otros actores, no se haya podido avanzar en una ordenanza. El Ejecutivo ha incumplido con las metas de la ordenanza de Basura Cero: deberíamos estar enterrando menos de 500 toneladas por día en el relleno de Ricardone, pero la realidad es que se envían más de 800 toneladas; más aún, desde la aprobación de la ordenanza ha aumentado la cantidad de basura enterrada en un 30%.
Una normativa que apunte a la reducción de bolsas descartables no va a incidir fuertemente en estos números. Pero sería un paso importante para empezar a modificar nuestra cultura de usar y tirar. La proliferación de artículos descartables es uno de los mayores problemas que debemos abordar en el tema de los residuos. Un cálculo sencillo indica que si la ciudad adoptara un programa fuerte de reducción de bolsas plásticas descartables podría permitir un ahorro de energía equivalente a unos 8000 barriles de petróleo por año.
Han asumido recientemente nuevos concejales. Esperamos que asuman este tema y le den tratamiento, considerando que la discusión no empieza ahora, sino que tiene varios años de trabajo. Cuestionar y cambiar la cultura destructiva del “úselo y tírelo” sería un buen ejemplo que nuestra ciudad podría mostrar.