Por un lado, volvemos a aclarar que el concepto de ciudad industrial es contradictorio porque nunca puede darse. Una ciudad es un sitio destinado para la vida de las personas, por lo que no puede haber industrias. Para ello están los parques industriales, en donde no pueden radicarse viviendas. Las industrias contaminan y con ello provocan enfermedades y muerte. Al mismo tiempo producen ruidos, olores, movimiento de camiones y la amenaza constante de explosiones o incendios. Por eso no deben estar dentro de las ciudades. No nos oponemos al desarrollo, sino que afirmamos que debe hacerse en los lugares propicios. 

Eduardo Ros confirmó una presunción que teníamos: nuestros dirigentes reciben órdenes del poder económico y utilizan las instituciones y el aparato y el poder del Estado en su beneficio. También pensamos que este voluntarismo es a título oneroso, y que hasta ahora, esta administración no es más que una continuidad del traferrismo.

En la primera reunión del Plan Estratégico la mayoría de los oradores se manifestó en favor de la salud y de una mejor calidad de vida, así es que debe aclarar quiénes son los que ‘decidimos’ y por qué lo hicieron así, contrariando la decisión de la mayoría. A partir de allí modificaron el rumbo de ese Plan y lo que hoy se discute es irrelevante, en lugar de fijar pautas realmente importantes pero a partir del consenso.

Otra respuesta que debe dar, es cuál es el plan total y final que tienen, ya que nunca se sabe cuándo es suficiente, y podemos suponer que el Campo de la Gloria puede convertirse en un productivo muelle.

Y finalmente, la pregunta que le hacemos es ¿a quién representan él y su jefe político Leonardo Raimundo?
 
Sí al Trabajo, Sí a la Vida
No a la Contaminación, No a la Muerte
 
Asamblea Permanente por la Vida