Desde Taller Ecologista gestionaron el análisis de líquidos extraídos del perímetro del predio del Relleno Sanitario de Ricardone, al cual la ciudad de Rosario envía su basura desde hace 20 años. Los resultados revelaron altos niveles de carga orgánica y metales como cromo, níquel y manganeso. Estos líquidos contaminantes, a través de los canales pluviales terminan en el Canal Ibarlucea, que desagua en el Arroyo Ludueña, el cual finalmente desemboca en el río Paraná, aguas arriba de la toma de agua de Rosario.
Actualmente la ciudad de Rosario entierra cerca de 300.000 toneladas de residuos por año en el basural de Ricardone, un 25% más que cuando se aprobó la ordenanza Basura Cero en el año 2008, incumpliendo las metas de disminución allí establecidas. Si bien más de 10 localidades del área metropolitana envían sus residuos a Ricardone, la ciudad de Rosario es la que más ha contribuido al crecimiento de esta montaña de basura.
Desde Taller Ecologista, a través de las áreas Basura Cero y Humedales, se realizó una toma de líquidos en un canal pluvial lindero al Relleno Sanitario de Ricardone. La muestra fue extraída y posteriormente analizada por personal del Centro de Ingeniería Sanitaria de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura (UNR).
“El líquido era de color intenso y fuerte olor, lo que ya sugería que se trataba de un efluente del relleno”, explicaron desde la ONG, recordando que este tipo de situaciones ya se habían observado en otras oportunidades, pero aquí se logró una constatación de mayor rigor y con el apoyo técnico de especialistas.
El análisis, según informó Taller Ecologista, arrojó valores altos para ciertos parámetros físico-químicos (DBO, DQO, Cromo total, Níquel y Manganeso), dando la pauta de que se trata de un lixiviado sin tratamiento. “El relleno sanitario no debería liberar lixiviados crudos, ya que corresponde que sean tratados dentro de la misma planta antes de su volcamiento”, subrayaron.
Estos líquidos, a través de los canales pluviales de la zona terminan en el Canal Ibarlucea, que desagua en el Arroyo Ludueña, el cual finalmente desemboca en el río Paraná, aguas arriba de la toma de agua de la ciudad de Rosario.
Los lixiviados son líquidos que escurren de la montaña de basura y que contienen altas concentraciones de sustancias contaminantes. Por lo cual es necesario realizar un tratamiento adecuado antes de su descarga. El lugar autorizado para la descarga de los lixiviados, luego de su tratamiento, se encuentra en la zona sur de Rosario, en el punto de descarga operado por ASSA, en Ayolas y Acceso Sur. Estos lixiviados sin tratar implican un peligro a la salud de las personas, de la flora y de la fauna que toma contacto con los mismos.
Preocupados por la situación, desde Taller Ecologista se envió una nota al Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Santa Fe, informando sobre la irregularidad y solicitando iniciar una investigación. También se envió una nota y un pedido de información a la Municipalidad de Rosario para saber el grado de conocimiento del Ejecutivo Municipal al respecto.
Foto: Edu Bodiño