La mayoría de las iniciativas plantean volver a usar el “bolso de los mandados”, muy común hasta hace algunos años. Creemos que éste es el enfoque más apropiado sobre el tema, ya que la masiva utilización de bolsas u otros artículos descartables implica un derroche irracional de recursos y un aumento en la producción de residuos. Pero también se ha planteado sustituir el plástico por otros materiales que sean biodegradables. Esta alternativa puede aportar algún beneficio, pero los mayores esfuerzos deberían concentrarse en disminuir el uso de bolsas descartables y otros artículos de efímera duración, siendo por este camino por el que se pueden disminuir sustancialmente los impactos ambientales derivados de la cultura consumista.
A su vez, de considerar sustituir el plástico por otros materiales no debería considerarse sólo el factor de la biodegradabilidad, sino todos los impactos ambientales del material en su ciclo de vida. El material que se ha propuesto en muchos lugares –los plásticos oxibiodegradables– no sólo no cumple con importantes estándares de biodegradabilidad, sino que sigue estando constituido por polietileno (un derivado del petróleo), por lo cual en relación a los recursos no implica ninguna mejora. Las bolsas oxibiodegradables son un buen negocio para la empresa que vende el aditivo para fabricarlas, pero poco aportan a la solución del problema.
Se ha planteado también que debería apuntarse al reciclaje de las bolsas plásticas. Esto no constituye la mejor solución al problema: el reciclaje en general consume energía y recursos, siendo preferible la reducción de la generación de residuos; pero además el reciclaje de plásticos no permite crear verdaderos ciclos de materiales, ya que los mismos se van deteriorando con el proceso.
Finalmente debería abordarse no sólo el problema de las bolsas sino el causado por los envases y embalajes en general, para lo cual creemos necesaria una ley nacional que obligue a las empresas a hacerse cargo física o financieramente de los residuos derivados de sus productos, principio conocido como de Responsabilidad Extendida del Productor. A su vez los municipios deberían avanzar en mejorar la gestión de los residuos a través de la separación en origen, recolección diferenciada, instalación de plantas de reciclaje y compostaje, etc. En la ciudad de Rosario, el Ejecutivo Municipal no ha dado muestras de tener intenciones serias de avanzar en este sentido, priorizando aspectos como la higiene urbana, lo cual es importante pero no suficiente, más aún habiendo sido aprobada una ordenanza de Basura Cero a fines del año pasado, que espera aún su efectiva implementación.
* Coordinador área Residuos Taller Ecologista