Taller Ecologista y El Programa Cono Sur Sustentable[1] elaboraron el documento “La energía nuclear en la sociedad de riesgo. Apuntes para un análisis de sus implicaciones en el ámbito científico, político y ambiental"[2]. El informe pretende contribuir al debate que se ha reinstalado en América Latina sobre la opción de desarrollo de la energía nuclear de la mano de la crisis energética que atraviesan distintos países de la región.
El documento aborda el hecho de que en las sociedades contemporáneas los científicos no pueden seguir garantizando certidumbres con respecto a los riesgos tecnológicos, como en el campo de la energía nuclear, sino que deben compartir sus dudas y percepciones con otros sectores de la sociedad. “Bajo esta mirada, no se trata de entender la gestión del riesgo nuclear únicamente como una obra de ingeniería, sino como un proceso social y político complejo que necesariamente implica un debate de fondo”, explicó Pablo Bertinat coordinador del Área Energía de Taller Ecologista.
En sus conclusiones el documento plantea que actualmente la energía nuclear prospera convencida de tener un total control de los procesos y de estar libre de toda incertidumbre, a pesar de representar riesgos de amplio espectro para nuestra sociedad. Este hecho evidencia la urgente necesidad de acercar este tipo de procesos tecnocientíficos a enfoques precautorios, donde el reconocimiento de las incertidumbres científicas y la participación de los diversos sectores sociales implicados deben ser tratados con seriedad.
Con respecto a los riesgos que representa el desarrollo de esta energía, el documento plantea preguntas como: ¿Qué tipo de comunidad deberá someterse a los riesgos de la actividad nuclear? ¿Dónde se encuentra el umbral de tolerancia que separa una situación normal de una peligrosa? ¿Es necesario almacenar desechos "de vida larga" producidos por la industria nuclear, algunos de los cuales pueden conservar una radiotoxicidad fatal durante decenas y hasta cientos de miles de años? Ante el intento de ofrecer algún tipo de respuesta a estas y otras inquietudes que surgen con respecto a la actividad nuclear, los autores insisten en que no es un tema que concierne únicamente a técnicos, empresarios o científicos, pues se trata de un problema crucial para el conjunto de la sociedad.
Sobre la alternativa al cambio climático
En trabajos previos estas mismas organizaciones ya habían señalado que la energía nuclear no representa una alternativa al cambio climático. “Si consideramos el ciclo completo de producción, desde la minería de uranio hasta la disposición de los residuos, el balance de emisiones resultante es, en el mejor de los casos, muy dudoso”, advirtió Bertinat. También plantean que es absurdo adjudicar a la energía nuclear un rol trascendente en la sustitución de otras fuentes, ya que las reservas existentes de uranio ni siquiera pueden garantizar a futuro el porcentaje de energía que se genera hoy a través de esta fuente.
Otro aspecto que señala el informe es que las centrales de energía nuclear, sólo llegan a desarrollarse en la medida en que ocultan los costos reales asociados a su construcción y su existencia, excluyendo los costos que significan el manejo de los residuos, el decomisionamiento de las centrales y el mantenimiento de la seguridad. Si se consideraran dichos costos, se haría evidente lo descabellado que resulta pensar en la alternativa nuclear.
“La vieja consigna que plantea ¿energía para qué y para quién? es cada vez más actual. Hoy, más que nunca, es necesario pensar la energía”, sentencia el documento.
NOTAS
[1] El Programa Cono Sur Sustentable es una iniciativa de organizaciones ciudadanas de Brasil, Chile, Uruguay, Argentina y, más recientemente, Bolivia y Paraguay, que cuenta con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll. Desde 1998 ha impulsado propuestas de desarrollo sustentable para sus países y para la región.
[2] El informe se encuentra disponible en www.tallerecologista.org.ar