A partir del seguimiento del caso de agriculturización en humedales, Taller Ecologista pudo constatar esta semana que la empresa holandesa Bema Agri, propietaria de un predio de casi 10.000 hectáreas en las islas entrerrianas, ha reconstruido un terraplén para avanzar con el cultivo de soja, trigo y colza en parte de sus tierras, donde llegaron a tener también cerca de 5.000 cabezas de ganado antes de la creciente del río de 2010. En el lugar se pudo observar la presencia de abundante maquinaria, restos de soja, y el desarrollo de un doble terraplén en el perímetro interior. Se confirmó, asimismo, el uso de agroquímicos para la siembra. Pobladores de la zona señalaron que, además, el uso de los pesticidas ha perjudicado el desarrollo de las colmenas para producir miel. Durante la expedición, se pudo observar también en esa zona un importante foco de incendio. "Es la época que empiezan a quemar para tener brotes nuevos para el ganado", aseguró un poblador.

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