En el marco de la inminente ampliación de la cerealera Molinos Río de La Plata, vecinos de los barrios sanlorencinos "Bouchard", "2 de abril", "Rivadavia" y "Morando" continúan exigiendo que se respete el derecho a la salud y a un ambiente sano, una lucha que lleva años y viene siendo acompañada por Taller Ecologista.
Además de pedir la derogación de la cuestionada ordenanza que permite la ampliación de la multinacional, presentaron un proyecto propio que esperan sea tratado y aprobado por los concejales de la ciudad, proyecto que es apoyado por un conjunto de organizaciones socioambientales de la región, entre ellas la Cátedra Fodepal – Observatorio del Sur (UNR) y el Instituto de Salud Socioambiental.
“Sabemos la delicada situación ambiental que viven quienes están radicados en esa zona. Gases de escapes por el tránsito de miles de camiones, polvillos, olores, plagas de roedores, entre otros impactos. Sabemos también de la sistemática ausencia de datos de calidad de aire y epidemiológicos. Creemos que este cuerpo colegiado entenderá el justo reclamo de los vecinos en relación a la situación ambiental y de salud que los afecta, una lucha que lleva años, con el agravante de que en diferentes oportunidades varias autoridades se han comprometido a apoyar, sin concretarlo”, afirman en la nota que presentarán al intendente Leonardo Raimundo, como al grupo de concejales.
Asimismo, a la fecha los vecinos también siguen a la espera de una audiencia con el ministro provincial de Medio Ambiente, Jacinto Speranza.
Sobre la lucha
Los barrios afectados por el funcionamiento de la planta de Molinos Río de la Plata son "Bouchard", "2 de abril", "Rivadavia" y "Morando", también la escuela N° 6392 -ubicada a 200 metros de la planta- donde todos los días 700 niños están expuestos a los riesgos de la contaminación y el tráfico de camiones.
En el mes de febrero los vecinos volvieron al estado de asamblea, luego de enterarse por los medios que el Concejo aprobó en sesión extraordinaria y de espaldas a la sociedad, una ordenanza que permite la rezonificación de terrenos de “residencial” a “industrial”, posibilitando a la multinacional Molinos la edificación de dos nuevas celdas de almacenamiento (de cereales y harina).
La indignación fue mayor al constatar que esta misma medida había sido rechazada en el año 2009, en base a argumentos referidos a impactos sociales y ambientales.
En el marco de las acciones sostenidas desde principio de año, el grupo logró vehiculizar el pedido de datos sobre la calidad del aire que se respira en la zona, así como de informes epidemiológicos.
Cabe citar que en la zona del cordón industrial durante la última década el deterioro socioambiental se profundizó dado el exponencial aumento del tránsito de camiones, almacenaje de granos, producción de aceites, biodiesel, harinas y derivados, sumado a actividades del rubro químico y de hidrocarburos existente en la zona.