Como organizaciones sociales, partidos políticos, organismos de derechos humanos, organizaciones indígenas, feministas, asambleas; venimos hoy, en este Día Internacional Anti Chevron, a pronunciarnos desde Argentina en contra de esta empresa que ha ingresado a nuestro territorio de la mano del Gobierno Nacional y el Gobierno Provincial de Neuquén, violando nuestros derechos y reprimiendo nuestra justa protesta social.
Este Día Mundial Antichevron es muy significativo, pues nos permite mostrar al mundo la violación de nuestra soberanía en favor de intereses norteamericanos, y al mismo tiempo demostrar que es una empresa que ha dejado una estela de contaminación ambiental y social en los distintos países donde ha operado, no solo en Argentina, Estados Unidos, Nigeria, Ecuador y Rumania, sino también en una decena de otros países. Por esto hacemos un llamado a todo el mundo para tomar conciencia sobre lo que implica esta empresa, la tercera corporación más grande de Estados Unidos, y a impedir que se siga perpetuando su política de devastación de nuestros territorios en función de sus propios intereses.
A pesar de que Chevron ya operaba en el territorio nacional desde hace más de una década, el año pasado se asocia con YPF para realizar el primer desarrollo masivo de yacimientos no convencionales en latinoamérica. Para que se hiciera el acuerdo, Chevron impuso sus términos, que eran dos: que se destrabara el embargo interpuesto por los afectados por Chevron en Ecuador para el pago de la remediación ambiental de su territorio, cosa que hizo en junio la Corte Suprema; y una serie de beneficios: exenciones fiscales y promoción productiva para la exportación. Esta última fue cumplida con la firma por parte del Gobierno Nacional por medio del decreto 929/13.
La semana pasada la Cámara Federal ratifica que la Presidenta Cristina Fernández puede ser investigada por la firma de este decreto, por presunto beneficio directo a Chevron y por la posibilidad de impacto ambiental a partir de la utilización de la técnica de fractura hidráulica o fracking. Este es un avance importante ya que va en la misma línea de lo que venimos denunciando: la firma del acuerdo Chevron YPF implica una pérdida de soberanía para el país, al legislar el Ejecutivo de acuerdo a los intereses de la empresa y no el interés nacional.