El documento elaborado por los profesionales y organizaciones advierte que “lamentablemente, la realidad indica que generalmente el “desmonte selectivo”, “desarbustado” o “desbajerado”, que normalmente se realiza con rolo o topadora, resulta un desmonte o el paso previo al desmonte; lo que, sumado a la implantación de pasturas exóticas, no garantiza el mantenimiento y regeneración de los bosques nativos. Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, luego de la aplicación del rolo o la topadora son muy pocos los árboles que quedan en pie. Además, el rolado intensivo y la implantación de pasturas implican la destrucción del futuro de ese bosque, el sotobosque, fuente de alimento para gran parte de la fauna que los habita” (1)

Los firmantes señalaron que algunas provincias están autorizando este tipo de sistemas silvopastoriles en bosques nativos clasificados en la Categoría II (amarillo), que según la Ley de Bosques “podrán ser sometidos a los siguientes usos: aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica”; y aclararon que el artículo 14 de la normativa nacional estipula claramente que “no podrán autorizarse desmontes de bosques nativos clasificados en las Categorías I (rojo) y II (amarillo)”.

Frente a esta situación, solicitaron en el texto a los gobiernos provinciales “que suspendan la autorización de sistemas silvopastoriles en bosques nativos clasificados en la Categoría II (amarillo) hasta tanto los mismos cumplan con los requisitos establecidos por la Ley de Bosques”.

“A mediados de la década de 1990, se produjo un fuerte incremento en la superficie cultivada para soja; y la ganadería intensiva, que históricamente se producía en la región pampeana, empezó a ser “corrida” hacia el norte del país propiciada por el bajo precio de la tierra.”, describe el documento. “Los sistemas silvopastoriles son considerados como una opción de producción ganadera intensiva y forestal, donde se busca mantener en pie a las especies leñosas maduras y se implantan pasturas para el forraje, bajo un sistema de manejo integral. Sin embargo, en la región chaqueña la mayoría de los sistemas existentes son básicamente ganaderos, donde el componente forestal posee una importancia secundaria”.

 
Fuente: Greenpeace