Es necesario antes debatir con seriedad una política de transporte para la ciudad que realmente fortalezca el transporte público y el ciclismo urbano y los privilegie por encima de la movilidad en autos particulares. Abrir espacios para los autos en el área central sólo va a redundar en que los autos efectivamente vayan hasta allí. El uso masivo del automóvil es una de las mayores contribuciones al excesivo gasto energético y consecuentemente a la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático. La preferencia por el transporte público y el uso de la bicicleta podría significar una importante reducción en dichas emisiones.

No ha existido en el proceso de discusión de este proyecto ninguna intención de escuchar lo que piensa la gente. La participación ciudadana, a pesar de un discurso que la promueve y de estar contemplada en leyes nacionales y provinciales, ha estado absolutamente ausente. Más aún, preocupa la prepotencia con que funcionarios del Ejecutivo anuncian con toda seguridad la construcción de las cocheras, cuando todavía esto no ha sido aprobado por el Concejo. Evidentemente para el Ejecutivo, el paso por el Concejo es un mero trámite, que no amerita mayores discusiones. Estas formas de proceder debilitan la democracia y refuerzan una lógica de toma de decisiones que ignora a la ciudadanía y minimiza el rol de los legisladores.

Este proyecto, lejos de ser fruto de una planificación del transporte en la ciudad, se origina en iniciativas privadas de algunas empresas. Bajo esta lógica, el espacio público se entregará a inversores que terminarán lucrando con el caos vehicular de la ciudad.  La afectación de un espacio público y de valor histórico, no se puede decidir con el apuro que imponen los negocios.

No se han evaluado adecuadamente los posibles impactos ambientales, ni tampoco impactos sociales o económicos. El estudio de prefactibilidad ambiental, presentado hace poco más de una semana, admite no haber podido relevar una enorme cantidad de aspectos: no se incluyeron estudios técnicos de suelo ni capa freática, interferencia con infraestructura subterránea existente, veredas, programa de retiro del material extraído en el movimiento de suelos, ingreso y egreso de maquinarias, afectación del tránsito y la circulación durante la construcción, estudios de ruido, vibraciones, calidad del aire, purificación de aire y renovación en las cocheras, tratamientos cloacales y pluviales, y varios etcéteras.

El modelo de transporte imperante en la ciudad no se modificará escondiendo los autos por un rato. Es necesario y posible pensar y avanzar en alternativas reales al transporte automotor. Esperamos que el Concejo Municipal rechace categóricamente esta iniciativa y estimule una verdadera discusión pública sobre qué sistema de transporte queremos para nuestra ciudad.

Rosario, 7 de diciembre de 2011

APDMA (Asamblea Permanente en Defensa del Medio Ambiente)
Asociación Amigos del Árbol
Ciclistas Unidos
Foro Ambiental Ciudadano
GIROS
Grito de Malvinas
Grupo Ecologista Génesis
Taller de Comunicación Ambiental
Taller Ecologista
Tren Para Todos
Vecinos Afectados por las Obras.