La llamada “pampeanización del Delta”, o proceso de transformación productiva, social y ambiental del bajo delta del Paraná, producto de la expansión de los agronegocios sobre las islas, lleva más de dos décadas y es una problemática con varias aristas, las cuales Taller Ecologista, a partir del trabajo de campo que sostiene con los pobladores, productores y actores políticos, busca abordar en toda su complejidad.

“En este tema hay una complejidad social que consideramos que tiene que ser conocida y tenida en cuenta porque a la vez que se generan expulsiones, desalojos e impactos ambientales, al mismo tiempo se pueden generar ciertos beneficios para la población local, que pueden ser estimados, por lo que esas cosas hay que contemplarlas”, analizó Laura Prol en el marco de la charla que el área Humedales ofreció el 25 de marzo.

Laura Prol, Eduardo Spiaggi y Claudio Vizia a su vez destacaron que no son nuevas las grandes construcciones de terraplenes sobre las islas, éstas ya se han hecho en la década del 70 y por diversas razones, sobre todo debido a las inundaciones, no prosperaron, lo que en la actualidad se modifica es que los terraplenados están asociados al modelo de los agronegocios.

Lo mismo observaron que ocurre en el caso de las prácticas de ganadería y agricultura. “Agricultura y ganadería se hizo siempre en el Delta, ahora se modificó la escala, el nivel y las modalidades de practicarlas, esto se relaciona con la consolidación del modelo de los agronegocios. Entonces las islas son un nuevo espacio productivo que recibe ganado de tierra firme, pero también recibe productores de nuevo tipo, que ya no son los convencionales sino inversores que muchas veces vienen de otros sectores de la economía”, señalaron en este quinto encuentro con el que cerró el Ciclo de charlas socioambientales.

Cabe recordar que se considera humedal a todas las aguas interiores (lagos, lagunas, cañadas, esteros, pantanos, turbales, ríos, arroyos) y una franja de costas marinas, que se caracterizan en general por su gran diversidad biológica y su importancia sociocultural para distintos pueblos y regiones. De allí su gran relevancia y la impostergable necesidad de protegerlos.

“Los terraplenados son grandes intervenciones en forma ilegal, o de hecho, que cierran cursos de agua y producen de por sí determinados conflictos. Por ejemplo se han cerrado cursos de agua que ya no pueden ser usados por cazadores o pescadores. En cuanto al impacto sobre el ecosistema, en principio es inconmensurable, o no está del todo establecido porque cuando conlleva prácticas de agricultura a eso hay que agregarle el impacto de la aplicación del paquete tecnológico, fertilizantes, fumigantes, etc”, subrayó Claudio Vizia.

Según analizaron los expositores, la expansión de la frontera de los agronegocios tuvo un período de apogeo, y a partir de una serie de acontecimientos, entre ellos las crecientes, empezó un momento de oscilación en el volumen tanto de la actividad ganadera como agrícola, por lo que actualmente notan un relativo declive.

“El sentido general de nuestra intervención, trabajo e investigaciones es investigar y en lo posible difundir prácticas de ganadería sustentables y de actividades productivas compatibles a la ganadería que no afecten el ecosistema. Entendiendo lo sustentable en varias dimensiones, tanto en lo económico, ecológico, como lo social”, agregó Vizia. (ver Publicación: "Humedales del Paraná. Biodiversidad, usos y amenazas en el Delta Medio")

Ley de humedales, a medias

En noviembre de 2013 obtuvo media sanción el proyecto de Ley de presupuestos mínimos para la protección de humedales en el Senado Nacional. El proyecto de ley que combina las propuestas de los senadores Giustiniani (FAP) y Ruíz Díaz (FPV) pasó a la cámara de diputados para su debate, que se espera que tenga lugar este año.

La inciativa establece un fondo nacional para la protección de humedales naturales y artificiales cuya transferencia de recursos a las provincias corre por la autoridad de aplicación, con el objetivo de que los estados provinciales realicen una categorización de los humedales presentes en su territorio. A la vez, el proyecto reivindica el uso tradicional que hacen las comunidades que habitan en esos espacios, puestas en el centro de la escena.

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